Durante esta semana, ASPAYM Cuenca ha realizado una actividad de terapia con perros en una serie de sesiones de acompañamiento para personas con discapacidad. El resultado, expresan «ha sido excelente», hasta el punto de planear nuevos acompañamientos a lo largo de 2024.
«Es una terapia con muchos beneficios», afirman desde la entidad. «El cariño, la compañía, el calor y la fidelidad que pueden llegar a dar estos animales contribuye mucho al bienestar emocional de quienes lo necesitan», argumentan también.
ASPAYM recuerda que no es la primera vez que en la provincia de Cuenca se realiza una Terapia Asistida con perros, ya que «resultan de gran apoyo para la vida de las personas con lesión medular y otras discapacidades físicas».
En ciertas rehabilitaciones de discapacidades en los que la movilidad perdida se puede recuperar parcialmente, o directamente estimular, existen perros adiestrados para este fin. Aunque, reconocen desde la entidad, la mejor terapia para demostrar su potencial es «la emocional».
«El perro puede ser una herramienta para verbalizar sentimientos, dudas, miedos, inquietudes y reflexiones que cuesta que afloren por sí solas», explican. Además, la motivación para volver a salir a la calle y relacionarse de nuevo con las personas es esencial. En ese sentido, un can funciona como un estímulo considerable de cara a afrontar el mundo exterior.
La mejor manera de conseguir perros de asistencia, guía o de terapia es acudir a una asociación específica. En España existen varias como AEPA, PAAT, Hydra, Canplanet, Dogpoint, o Educan, entre otros.
En esta ocasión se ha llevado a cabo de la mano de TERRABÚ y con la colaboración del COAAT de Cuenca. El Colegio de Aparejadores de la provincia apoya así esta iniciativa solidaria.