50 inmigrantes van a ser serán trasladados de Canarias a Cuenca, 30 de ellos al antiguo internado anexo al Colegio La Sagrada Familia. Lo ha confirmado en declaraciones a Voces de Cuenca Braulio Carlés, responsable de Accem Castilla-La Mancha, ONG que va a coordinar la llegada de los inmigrantes.
Según ha señalado, se ubicarán en el edificio anexo de la comunidad, donde anteriormente vivían las religiosas y que se encuentra vacío desde hace tiempo «pero está en muy buenas condiciones». Se han realizado unas obras para independizar completamente el inmueble del colegio del centro de acogida, ha señalado Carlés. No hay una fecha cerrada para el día de la llegada, aunque avanza el responsable de Accem que «previsiblemente será en estos días. Jueves, viernes, la semana que viene… no lo sabemos pero será en breve».
Los 20 inmigrantes restrantes se ubicarán en hostales de la capital, todavía por concretar. «Espero que colaboren porque es una fuente de ingresos para los propietarios y no hay que tener ningún temor, aunque está circulando alguna fake news que no nos ayudan a nadie».
El programa que se va a activar en Cuenca es de ayuda humanitaria y no de emergencia, según ha explicado el responsable de Accem Castilla-La Mancha. El matiz es que la emergencia se mantiene hasta aproximadamente diciembre, una vez que el mar esté impracticable y descienda el número de llegadas a Canarias; mientras que la ayuda humanitaria durará inicialmente hasta abril, fecha prorrogable. El planteamiento es comenzar en el edificio de las religiosas y posteriormente trasladarlos hasta pisos de alquiler también en Cuenca capital, donde el programa se prolongará más tiempo.
Una vez que lleguen a Cuenca permanecerán un mes, periodo en el que la ONG «les orientará, pondrá en contacto con familiares, amigos y paisanos o a otros países, como en algunos casos está siendo así. Es gente que viene de paso y que busca ir a Francia, Alemania, Bélgica». Es decir, que no serán sólo los 50 primeros los que recibirá Cuenca capital, sino que irán llegando más una vez que sean reubicados. «Puede haber gente que piense que ‘van a llenar esto de negros’ (sic), pero esta es una afirmación mezquina que no responde a la dignidad del ser humano. Otra lectura es que la gente se está muriendo de hambre y en conflictos y no puede más, y se arriesgan aún sabiendo que pueden morir. Lo que tenemos que hacer las sociedades civilizadas y desarrolladas del siglo XXI es ser lo más acogedores posibles y pensar en el bien común en esta aldea global en la que estamos», ha sentenciado Carlés.
En cuanto a los perfiles, son mayoritariamente hombres de entre 18 y 40 años que proceden de Senegal y Malí; aunque también hay algún grupo de mujeres con cargas familiares que pueden ser trasladadas a Cuenca; y en algún caso menores.
Accem pide «actitud de colaboración»
Carlés ha destacado «la generosidad de las religiosas, que es lo que hay que hacer cuando hay espacios de este tipo, acoger a personas que lo necesitan». El responsable asegura que «no se va a ver afectada la convivencia en el colegio. Son unas obras que vienen muy bien, y no hay que alarmarse. Lo único que indican es que van a marcar una independencia y una tranquilidad para todos. No hay que hacer una lectura de invasión o peligro, yo invito a todo el mundo a que reconsidere su postura y haga planteamientos más razonables y dialogantes. No sólo no hay que tener ningún miedo, hay que tener una actitud de colaboración y de pensar en ayudar a las personas que vengan».
Las personas que quieran colaborar pueden acudir a la sede de Accem en Cuenca, situada en el edificio de Cáritas en la República Argentina «y en función de las cualidades de cada voluntario se le puede asignar una tarea en concreto». Otra opción válida para quien no tenga tiempo es la ayuda económica.
Algunos padres de alumnos tienen «miedo»
La noticia ha sido recibida con recelo por parte de algunos padres de alumnos del centro. La familia de una alumna del colegio ha trasladado en declaraciones a Voces de Cuenca algunas de las incertidumbres que han hablado entre ellos.
Apunta a que la noticia se ha recibido con «miedo» porque entre otros, les han dicho «que va a venir la Policía a vigilar en las entradas y salidas de clase y además están tabicando las puertas y separando el centro. Si no hubiera nada de lo que preocuparse, fueran por ejemplo 30 conferenciantes del Hospital, no vendría la Policía a nada ni se haría obra alguna. Si hacen eso por nuestra tranquilidad, al final lo que provocan es el efecto contrario».
En este punto asegura que «no es que seamos racistas ni mucho menos, pero no consideramos que la ubicación junto a un colegio y la universidad sea la idónea para un centro de estas características». Incluso apunta que hay padres de Preescolar que, al no ser obligatorio, van a dejar de llevar a sus hijos, y que muchos otros se plantearán el cambio de centro de cara al siguiente curso.
Otro de los aspecto que critica esta familia de la gestión que se ha hecho es la «falta de información» por parte del colegio a los padres. Indica que el pasado jueves les entregaron una carta en la que se daba a conocer la noticia. «Una decisión de esta magnitud se tenía que haber consultado con los padres con anterioridad, no dar una carta unos días antes de hacer los cambios», sentencia.
En el texto, al que Voces de Cuenca ha tenido acceso, se indica que la Congregación de las Siervas de San José, propietaria del edificio, ha sido la que ha notificado la cesión; asevera que la dirección del colegio velará por el interés del colegio para que no se vea alterado ni el funcionamiento normal ni el ambiente de tranquilidad, convivencia y seguridad; y se comunica el inicio de las obras para establecer una separación física conservando el uso exclusvo de los patios y la imposibilidad de acceder al colegio ni a los usuarios ni al personal del centro de acogida.
Voces de Cuenca ha tratado de ponerse en contacto tanto con la dirección del colegio La Sagrada Familia como con la Congregación de las Siervas de San José, de momento sin éxito.