23 muertes por COVID en Cuenca durante julio, el mes veraniego más letal desde el inicio de la pandemia

Desde que se eliminó la obligatoriedad del aislamiento de los contagiados y de las mascarillas en interiores todos los meses se han resuelto con más fallecidos que en su equivalente del año pasado

Durante julio murieron en la provincia de Cuenca 23 personas por COVID-19, según la información proporcionada por la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha a este periódico. La cifra convierte este mes en el más letal entre los veraniegos desde que se inició la pandemia, incluyendo en el conteo todos los junios y septiembres al completo. Aunque el patógeno no presenta por el momento un comportamiento típica y absolutamente estacional sí que que se había venido repitiendo un patrón de más muertes en épocas de frío -cuando se hace más vida social en interiores- y de menos cuando las temperaturas suben y los contactos se producen mayoritariamente al aire libre.

Los 23 decesos registrados en el séptimo mes de 2022 multiplican por 11,5 los contabilizados en el mismo periodo de 2021 y por 23 los de 2020. Significan además el tercer dato más alto de lo que va de año, únicamente superado por los de enero y febrero, en el pico de la sexta ola que espoleó la aparición de la variante ómicron. De los 32 meses con pandemia con coronavirus, es el décimo con más óbitos a causa de la enfermedad.

Desde que a finales de marzo el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas decidieran eliminar los aislamientos de contagiados leves o asintomáticos y en abril se eliminase la obligatoriedad de la mascarilla en interiores, todos los meses se han saldado con más muertes por coronavirus que su equivalente del año pasado. La prolongada séptima ola, en la que se han propagado subvariantes como BA.4 y BA.5, se ha resuelto hasta ahora en el territorio conquense con 45 fallecidos. Son 39 más que en el mismo lapso de 2021.

Al haberse dejado de contabilizar todos los casos por partes de las autoridades sanitarias (únicamente se registran los de mayores de 60 años y únicamente se hacen pruebas a algunos vulnerables) es complicado establecer una correlación con el número de infecciones. No obstante, indicios como el incremento de la presencia del virus en las aguas residuales, la venta disparada de test de antígenos y la curva de mayores afectados apuntan a que se ha producido una situación de elevado contagio, equiparable o incluso superior a las de la tercera y sexta ola posnavideñas.

Muertes mensuales por COVID