Según los cálculos de los sindicatos, más de 600 trabajadoras y trabajadores de la Limpieza de Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo, en huelga desde el pasado martes por su convenio colectivo, han traslado hoy su conflicto al cogollo del barrio de Salamanca en Madrid, donde tiene su sede la patronal estatal ASPEL.
Ubicadas inicialmente en la amplia acera en la que se ubica ASPEL, enseguida se les quedó pequeña. Las fuerzas del orden encargadas del normal trascurso de la movilización se vieron obligadas a cerrar al tráfico dos carriles de la vía pública y a cambiar el sentido de uno de los otros dos para no colapsar por completo la circulación durante las casi dos horas que duró la concentración.
“Ahí está la cueva de Ali Babá”, “Empresarios, cabrones, sacad los millones” “Si no hay convenio, no limpiamos” “Esta patronal solo da miserias”, “Y si esto no se arregla, huelga, huelga, huelga” “Limpieza unida, hasta la subida” coreaban las manifestantes, entre un clamor de pitidos y petardos, ondear de banderas y exhibición de guantes y fregonas.
El vecindario no salía de su asombro. Es la primera vez, que se sepa, que su barrio, uno de los más opulentos de la capital de España, acogía una manifestación causada por un conflicto laboral y protagonizada por “mujeres de la limpieza”. “Tienen derecho, claro”, asumía un trío de señoras que había salido de compras y se dirigía a tomar un aperitivo al salón de té de la acera de enfrente.
“Hemos venido aquí a la patronal a protestar, para que firmen de una vez y no nos dejen con el culo al aire, que no nos llega ni para comer”, explicaba una de las huelguistas. “Lo único que pedimos es una subida justa del 4%, que no pedimos ni el IPC real, que son unos sinvergüenzas”, añadía otra.
“Que somos muchas compañeras y casi todas tienen jornadas parciales, jornadas ridículas de 20 horas semanales, con lo que las pagan ¡no pueden vivir! ¡Y con lo que están subiendo los precios! No llega ni para pagar la gasolina para ir a trabajar”, remataba otra compañera.
Frente al griterío y el estruendo, el portal de acceso a la sede patronal, flanqueado y custodiado por varios policías nacionales, permanecía frío y silencioso. Ni vecinos ni visitas ni repartidores: nadie entró ni salió del número 50 mientras duró la concentración. Ni mucho menos ningún dirigente patronal, inaccesibles y ajenos.
Nadie de la patronal ASPEL se ha dirigido tampoco al comité de huelga desde que comenzaron los paros el pasado martes. Que están siendo secundados de forma masiva y que se prolongarán de momento otras seis jornadas. “Mañana seguimos, y seguiremos la semana que viene, y más adelante si hace falta. Y no acabará hasta que tengamos convenios dignos con salarios decentes y con DERECHOS para quienes más lo necesitan. Y pon “derechos” con mayúsculas” señaló a la conclusión de la concentración una delegada sindical de una contrata de la Limpieza de la JCCM.
Previamente, se dirigieron a las y los manifestantes dirigentes regionales, federales y confederales de CCOO y UGT. Para expresar el absoluto respaldo de ambos sindicatos a la lucha de las trabajadoras de la Limpieza de Castilla-La Mancha. Para agradecer su movilización y su ejemplo.
Destacando Carolina Vidal, secretaria de Mujer de CCOO, el sesgo machista de un conflicto que afecta sobre todo a mujeres humildes. Vidal trasladó también el saludo del secretario general, Unai Sordo, que no pudo acudir al prolongarse más allá de lo esperado el desayuno informativo que tenía programado esta misma mañana.
Subrayando el secretario general de CCOO-Hábitat, Daniel Barragán, que “no puede ser que en la pandemia se le haya llenado a todo el mundo la boca diciendo que sois esenciales, y que ahora os traten así. No sois esenciales, sois totalmente imprescindibles, tenéis que continuar en la lucha, tenéis todo nuestro apoyo, estaremos con vosotras hasta que consigáis un convenio digno”.
Resaltando el secretario general de CCOO-CLM, Paco de la Rosa, la unidad de las trabajadoras y de sus sindicatos, “porque habéis sido capaces de aglutinar cuatro conflictos de cuatro provincias para venir a pelear aquí, a Madrid».
“Estos señores de aquí arriba”, añadió De la Rosa, apuntando a las ventanas de la patronal, “no os van a regalar absolutamente nada. Son mercenarios de las grandes empresas, absolutamente deshumanizadas. Si vosotras queréis dignidad, tenéis que pelear. Cualquier convenio, cualquier salario digno, cualquier reducción de jornada, cualquier mejora que consigáis, solo va a depender de vuestro esfuerzo, Esa es la diferencia que tenemos los hombres y mujeres de CCOO y UGT: tenemos la fuerza, la razón, os animo a que no os rindáis hasta arrancarles un convenio digno a estos mercenarios”.
“No saben, no entienden que estas mujeres y estos hombres, vosotras, vosotros, lo vais a dar todo. Nadie nos ha regalado nunca nada, continuaremos en la lucha” concluyó la secretaria general de CCOO-Hábitat, Maribel Cabañero, respondida con un grito unánime: “¡huelga, huelga, huelga!».