Tras la rebaja de las restricciones contra el coronavirus que el Consejo del Gobierno de Castilla-La Mancha aprobará este jueves, vendrán previsiblemente «más aperturas en un plazo de 10-15 días», según ha declarado hoy el presidente autonómico, Emiliano García-Page, durante su discurso en la inauguración del nuevo parque de bomberos de Orgaz (Toledo).
La intención es «avanzar hacia una normalización, pero siempre con la prevención y la cautela que exige la situación de la pandemia» y de manera paralela a la evolución del proceso de vacunación. Una desescalada que será posible, ha explicado Page, gracias a la bajada en la velocidad de contagios experimentada en la comunidad autónoma en las últimas semanas. El ese sentido, ha reivindicado que desde que el 18 de enero se pusieran en marcha las medidas de Nivel 3 reforzado en el conjunto del territorio castellano-manchego, «hemos reducido como casi nadie la incidencia».
Page, como en intervenciones anteriores, ha señalado que no resulta agradable firmar decretos que restringen la movilidad ciudadana y cierran establecimientos como los hosteleros, pero ha reiterado que «me hubiera dolido mucho más que no hubieran servido, pero se ha certificado que ese esfuerzo sí que ha dado resultado».
Eso no significa, ha querido aclarar, «que la expansión del virus sea culpa de nadie» y ha comparado la situación con la de un incendio que obliga a restringir el paso en una vía de comunicación. «Obviamente la culpa no es de los automovilistas que están parados y sin poder pasar, pero en esos momentos no queda más remedio que cortar la carretera».
También ha instado a la coherencia de aquellos que aplaudían en la primera ola a los sanitarios «y ahora se molestan porque hagamos lo que estos profesionales nos piden» ya que «sin estas medidas, hubiésemos colapsado». Además, ha reivindicado que «frente a opiniones y oportunismos políticos hemos hecho lo que habían que hacer» porque «los muertos del año pasado merecen el mismo respeto que los de esta ola».