La variante B.1.1.7 del coronavirus que causa la COVID-19, más conocida como la británica por el origen geográfico de su detección, refuerza su hegemonía en Castilla-La Mancha. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad supone ya el 76,6% de los 646 casos secuenciados y analizados. La muestra cada vez es más amplia y por tanto más representativa de la situación epidemiológica de la semana pasada.
Las cifras se refieren a infecciones detectadas entre el 29 de marzo al 4 de abril, la Semana Santa, y suponen un aumento de 2,2 puntos, reforzando la trayectoria creciente que se había acelerado el mes pasado.
Las autoridades sanitarias apuntan a que es una variante «más transmisible, probablemente más letal y no parece que el escape a la inmunidad sea importante». Sustituye muy rápido a las variantes previas y es la dominante en la mayor parte de los países europeos y en otras localizaciones como Israel.
La situación en España, estimada mediante marcador SGTF o PCR específica, es de diseminación amplia con aumento rápido hasta hacerse mayoritaria en todo el territorio. El rango en las distintas comunidades autónomas en la semana 13 se encuentra entre el 64,3% de Madrid y el 98,8% de Asturias.
El Ministerio, que no desglosa datos por provincias ni por áreas de salud o municipios, no ha detectado por el momento diferencias significativas intracomunitarias.