Greenpeace ha enviado a la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha las alegaciones al proyecto de decreto por el que se regula la gestión de estiércoles de explotaciones porcinas. Es parte de un paquete legislativo que pretende sustituir la moratoria vigente desde 2022, dando vía libre a la autorización de explotaciones ganaderas de más de 2.500 cerdos de cebo y para ampliaciones. Según la organización ambientalista, no va a solucionar los problemas de la ganadería industrial porque no va a la raíz del problema. Denuncian que el crecimiento de las macrogranjas en los últimos años ha sido «exponencial, desmesurado y descontrolado».
En la última década, el número de cerdos creció un 34% en la región con dos millones de animales, siendo la quinta comunidad autónoma con más cerdos del país. Además, el número de explotaciones obligadas a declarar sus emisiones en el Registro Estatal de Fuentes Contaminantes de 2013 a 2022 se ha duplicado, pasando de 111 a 221. Los problemas se agravan por la contaminación de agua por nitratos (en marzo el Tribunal de Justicia de la UE emitió una sentencia condenatoria por incumplimiento de la Directiva de Nitratos). Según su último informe del Ministerio para la Transición Ecológica, la contaminación media por nitratos de aguas subterráneas en la región se incrementó un 36% entre 2016 y 2019.
Greenpeace considera que el paquete legislativo del Gobierno de Castilla-La Mancha «es un parche» que aumenta el problema en vez de atajarlo. Mantiene que tendrá un «efecto llamada» y supondrá «hipotecar la política de residuo cero» que convierte a las plantas de biogás en agujeros negros de residuos. Por ello, solicitan que se mantenga la actual moratoria y se amplíe a todos los sectores ganaderos, además de que el paquete legislativo al que está asociada no se apruebe sin un Plan Estratégico de Ganadería que establezca un máximo de carga ganadera en la región. El responsable de agricultura y ganadería de Greenpeace España, Luis Ferreirim, ha declarado que el gobierno castellanomanchego debería «apostar por las plantas de biogás como solución a los problemas de la ganadería industrial, pues es la carta perdedora».