El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha recordado que este miércoles se cumple un año del decreto con el que resultaba obligatorio el uso de la mascarilla en Castilla-La Mancha «y hoy ya no estamos obligados a a ponérnosla. Sigo pensando con claridad, porque lo demuestran todos los estudios científicos, que guardándose bien las distancias en el exterior la mascarilla no es imprescindible».
El máximo responsable regional ha reclamado proporcionalidad entre la situación sanitaria y las medidas adoptadas por las administraciones. «Si enviamos un mensaje de que estamos en fase de recuperación tenemos que ser proporcionales en las restricciones. Tenemos que saber que hoy sólo uno de cada 20 casos entra en vía hospitalaria cuando al inicio de la pandemia lo hacían catorce de cada 20 casos. Por tanto, las cuentas no pueden ser las mismas. Hay que ir perdiendo el miedo pero, en ningún caso la prudencia. Hay que saber que el virus no ha acabado. Hasta que tengamos tratamiento que lo cure va a seguir habiendo transmisión porque la vacuna no impide la transmisión, minimiza las consecuencias. Como con la gripe y otras enfermedades. Se trata de que no haya fallecimientos ni consecuencias graves».
En este sentido, ha puesto de relieve que «hoy las medidas que tomemos en medio del COVID no son, ni pueden ser, las que tomamos con la primera ola. Y no porque seamos la región que mejor va en la quinta ola, aunque no me vean presumir de ello. Hemos tenido que ser duros y me han criticado por ello. Sin embargo, los mismos que me han criticado por obligar a la mascarilla ahora dicen que no tomamos medidas y que nos desentendemos».
García Page se ha mostrado optimismo sobre la evolución de los procesos de vacunación y ha contrastado la situación con legislaturas anteriores con el Gobierno regional de otro color político. «A mitad de agosto tendremos la inmunidad global, colectiva. Me sienta mal hablar de rebaño. Pero antes de que acabe septiembre creo que podemos tener vacunado el 100% de toda la población vacunable. Podemos estar orgullosos a nivel nacional y nosotros en particular que estamos por encima de la media nacional. Tiene mucho que ver con haber recuperado antes del covid un sistema sanitario que estaba con un virus propio, el de los recortes, el de las tijeras…No sé cómo hubiéramos afrontado el COVID con la plantillas, con las obras paradas y con la supresión de vacunas. Aquí se suprimió hasta la mitad de las pruebas del talón para los niños».