El libro blanco del autismo resolverá dudas a los sanitarios para mejorar la asistencia

Este libro blanco entronca con los objetivos marcados por el Plan de Salud Horizonte 2025, tanto en el marco de la humanización de la asistencia como en la eliminación de barreras de acceso

El ‘Libro Blanco para la atención de las personas con autismo en el ámbito sanitario’ nace con el objetivo de ofrecer a los profesionales del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha una herramienta útil, práctica y de fácil consulta para mejorar la atención que se presta a las personas con trastorno del espectro autista (TEA) en el entorno sanitario.

La Consejería de Sanidad y la Federación Autismo de Castilla-La Mancha han presentado recientemente este libro blanco en una jornada dirigida a entidades que trabajan con estas personas y profesionales del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha y en la que han participado la directora general de Humanización y Asistencia Sociosanitaria, María Teresa Marín; la directora general de Cuidados y Calidad, Monserrat Hernández, y la presidenta de la Federación Autismo de Castilla-La Mancha, Cristina Gómez.

Elaborado gracias al trabajo conjunto de la propia federación y las direcciones generales de Asistencia Sanitaria y de Cuidados y Calidad del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), este documento de uso práctico entronca con los objetivos marcados por el Plan de Salud de Castilla-La Mancha Horizonte 2025, en tanto en cuanto persigue mejorar la calidad de vida de la población eliminando barreras de acceso e inequidades que puedan conllevar dificultad de acceso a los servicios, así como la humanización de la asistencia sanitaria.

“Desde un principio, hemos creído que era muy importante trabajar junto a la federación en este libro blanco”, ha señalado la directora general de Cuidados y Calidad del SESCAM, Monserrat Hernández, que ha agradecido tanto a la propia federación como a los técnicos y profesionales del SESCAM su implicación y sus aportaciones para la redacción del libro.

“Este documento nos ha de servir como material básico y práctico para esa mejora de la calidad de vida de las personas con TEA, para facilitar la accesibilidad a la asistencia, pero también para ampliar la formación de nuestros profesionales para que puedan abordar las necesidades de cada persona”, ha señalado.

En este sentido, la directora general ha recordado que más allá de este libro blanco, en el que se incluyen experiencias de las personas con TEA y sus familias, así como herramientas para el diagnóstico y el abordaje de estos trastornos, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha ya ha venido trabajando en la puesta en marcha de distintas acciones dirigidas a este colectivo, como la distribución en centros sanitarios de pictogramas para facilitar la comunicación entre los profesionales y las personas con TEA, los protocolos de atención preferente en los Servicios de Urgencias o el trabajo de las unidades de salud bucodental para pacientes con necesidades especiales.

Paradigma de la humanización

Se estima que el trastorno del espectro autista afecta en España aproximadamente a uno de cada 100 nacimientos. Sin embargo, en los últimos años se ha observado un incremento de la prevalencia de los trastornos del espectro autista derivado, posiblemente, de cuestiones como una mejor formación entre los profesionales o una precisión mayor en los procedimientos de diagnóstico.

En este sentido, la directora general de Humanización y Asistencia Sociosanitaria, María Teresa Marín, ha señalado que “en la atención sanitaria a las personas con trastorno del espectro autista resulta imprescindible seguir avanzando en un enfoque desde la humanización que sitúe a la persona y a sus familias en el centro, adaptándose a sus necesidades y capacidades, así como a la evolución de estas a lo largo de todo el ciclo vital”.

Así, la directora general ha recordado que la región ya cuenta con una Ley de Atención Temprana, pero ha señalado que es imprescindible seguir trabajando en la continuidad de cuidados a lo largo de toda la vida de la persona con TEA, actualizando protocolos para evitar retrasos en el diagnóstico, pero también ofreciendo una asistencia cada vez más humanizada, atendiendo a todos los aspectos con los que se ve relacionada la salud de las personas y de su entorno.