El Gobierno de Castilla-La Mancha descarta por el momento aumentar las restricciones para luchar contra el coronavirus. Así lo ha manifestado el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, al ser preguntado por los periodistas sobre la posibilidad de seguir la senda de otras autonomías como el País Vasco, Navarra y la Comunidad Valenciana, que ha anunciado o se plantean un endurecimiento de las medidas hasta ahora vigentes.
«No vamos a ir más allá de lo que ya tenemos», ha remarcado Fernández, quien ha insistido en que «Castilla-La Mancha no tendrá más restricciones de las que hay ahora». Una decisión que ha justificado porque la comunidad soporta en estos momentos «una de las presiones hospitalarias más bajas del país, estamos por debajo de 100 pacientes ingresados por COVID, que nos hacen prever que estamos en una situación de estabilidad”.
Ha subrayado que la región está también en la franja inferior del país en lo que se refiere a infecciones. Así, ha remarcado, «estamos en una tasa cercana a los 50 casos por 100.000 habitantes a catorce días y de 25-30 a siete días».
Las autoridades sanitarias castellano-manchegas abogan «por incidir mucho en el uso de la mascarilla» como alternativa a nuevas limitaciones para frenar o impedir el aumento de casos.
En cuanto a la vacunación, Fernández ha detallado que en Castilla-La Mancha ya se han administrado más de 132.000 dosis de refuerzo contra la COVID. En cuanto a la gripe, en las dos primeras semanas ya se han vacunado 128.000 personas, habiéndose ofertado la vacuna a 139.000, «por lo que la tasa de rechazo es muy baja».
