Los criterios y el procedimiento de admisión del alumnado en los centros docentes públicos y privados concertados cambiarán a partir del próximo curso en Castilla-La Mancha para adaptarse a las modificaciones que ha establecido la LOMLOE, la más conocida como Ley Celaá por el apellido de la ministra de Educación que la impulsó.
El asunto fue abordado en la reunión de este lunes en la Comisión Permanente del Consejo Escolar Regional, para la elaboración de un proyecto de dictamen al respecto. Uno de los asistentes a la sesión, el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Castilla-La Mancha (STE-CLM), avanza que las «modificaciones serán mínimas».
Como novedades más destacadas, se tendrá en cuenta el carácter específico de la escuela rural, se devuelve a los consejos escolares de los centros públicos la competencia de decidir sobre la admisión del alumnado de su centro y se modifica el baremo. Ahora se han incluido nuevos criterios como la condición de familia monoparental, nacimiento en parto múltiple o la condición de víctima de violencia de género
STE-CLM ha mostrado su rechazo porque se sigue equiparando la red de centros privados sostenidos con fondos públicos, los concertados, a la red de centros públicos en el proceso de admisión. Este sindicato siempre ha defendido que el decreto que regula el proceso de admisión debe reflejar este proceso en dos turnos: «uno primero para que todas las familias puedan elegir el centro público donde quiere que sus hijos e hijas reciban la educación básica y obligatoria, y un segundo turno para que en aquellas localidades donde la red de centros públicos no pueda absorber toda la demanda se permita matricular al alumnado en los centros privados concertados».
Opinan que «solo así se asegurará que la red de centros privados sea subsidiaria de la red de centros públicos» y «solo así se podrá conseguir la finalidad reflejada en el preámbulo de la LOMLOE que establece que «la educación pública constituye el eje vertebrador del sistema educativo«.
Desde este sindicato se recuerda que «estamos en un momento demográfico donde la baja natalidad genera un exceso de oferta de plazas educativas, ahora en infantil y en un futuro en primaria y secundaria».