Las raíces afro-brasileñas de la capoeira llevan creciendo en Cuenca desde hace 20 años

Alrededor de 40 capoeiristas conquenses rinden homenaje a un arte marcial que nació del movimiento de liberación de los esclavos africanos en Brasil

«Golpes, esquivas y acrobacias al ritmo de la música», así es como Renilton Rodrigues, maestro de capoeira del grupo Porto da Barra en Cuenca durante 14 años, define este arte marcial. En el núcleo conquense de la capoeira, el maestro brasileño es más comúnmente conocido como Baterista.

«La capoeira nace en el siglo XVI ligada al movimiento de liberación de los esclavos africanos en Brasil», afirma el Baterista que nació en la región de Bahía del país latinoamericano. Asegura que los esclavos brasileños camuflaron unos entrenamientos que constituían el germen de la lucha contra sus amos bajo cánticos y bailes africanos.

Este movimiento de lucha hace 20 años que cruzó el charco para llegar a la ciudad de las Casas Colgadas, en la que actualmente alrededor de 40 capoeiristas castellanomanchegos rinden homenaje a las raíces afro-brasileñas. «A finales del siglo XX, la capoeira empezó a conocerse mundialmente y a expandirse por Europa gracias a exhibiciones y espectáculos de folclore brasileño. Por mi parte, legué a Cuenca a través de unos alumnos que habían oído hablar de mi trabajo, ya que yo daba clases en Albacete, y desde entonces el grupo ha ido creciendo en Cuenca», afirma el capoeirista.

Cuenca al ritmo del berimbau

Cuenca se ha convertido en una ciudad que acoge maestros y capoeiristas de toda España para celebrar el Festival Internacional de Capoeira durante el mes de junio, el cual no se ha podido desarrollar en los últimos dos años debido a la pandemia. «En el festival llevamos a cabo diversos talleres, espectáculos así como la entrega de graduaciones», expone Baterista.

Este evento no es exclusivamente deportivo ya que, según subraya el maestro, obviando el contexto cultural de lucha en el que se fragua este arte marcial no puede concebirse la capoeira. Durante los días del festival el berimbau, instrumento que marca el ritmo del arte marcial, traslada a los asistentes a Brasil. El instrumento «marca el ritmo del juego, va a determinar si es hora de lucha o exhibición”, explica Batista; base a la que le acompañan los pandeiros o panderetas. Este instrumento está formado por un arco de madera de aproximadamente 1,5 metros con un alambre de extremo a extremo que es golpeado con una varilla y como caja de resonancia se utiliza una calabaza.

«El berimbau era un instrumento usado por los esclavos en mercados para llamar la atención de las personas hacia los productos que vendían y se empezó a usar también en capoeira para disimular la lucha», explica el brasileño. «Como era un arte prohibido, había toques que avisaban si venían los colonos o más adelante la policía, ya que estuvo prohibida su práctica hasta principios del siglo XX».

El maestro anima a cualquier persona a practicar este arte marcial, «la capoeira es un deporte muy completo, por lo que está abierta a gran cantidad de personas», expone y añade que «una buena coordinación y forma física pueden facilitar que el aprendizaje sea más rápido». Aunque durante estos dos años de pandemia el número de capoeiristas en Cuenca ha decrecido, el maestro espera que con la vuelta a la normalidad el movimiento afrobrasileño de la capoeira siga creciendo en la localidad conquense.