La Fundación Antonio Pérez (FAP) acogió el domingo, 25 de julio, la presentación del poemario «Vuelve la musa» de la poeta conquense Raquel Carrascosa en el Claustro de la Fundación a las 11:30 horas de la mañana. El libro que ha sido prologado por el cronista oficial de la ciudad de Cuenca, Miguel Romero, es un poemario que ha sido escrito prácticamente en pandemia. Cuenta también con una bella portada obra de la artista albaceteña Noemí Montero.
En palabras de la autora, “es un poemario que se escribió durante el confinamiento después de que la musa volviera a colmarme de inspiración, pues hubo unos meses de sequía ante los terribles acontecimientos que estábamos viviendo. Poco a poco empezó de nuevo a resurgir todo y fueron naciendo poemas sobre sentimientos y emociones que luchaban por salir al exterior para contar aquello que estaba pasando a mi alrededor y como lo podía manejar. Al fin y al cabo el/la poeta es un cronista de su tiempo y expresa a través del verso aquello que sucede a tiempo real”.
Es un poemario intenso y profundo y que toca el corazón y el alma del lector, pues lo que se refleja en él es quizá aquello que de alguna manera tod@s hemos sentido, añorado, esperado y sufrido en estos momentos tan difíciles que nos han tocado vivir.
La presentación del libro se llevó a cabo por el poeta conquense José Luis Serrano que desmenuzó concienzudamente los temas que se tocaban en los poemas, que no son otros que: el tiempo, el amor, la libertad, la belleza y la esperanza, comparando los versos de la autora con la filosofía de Horacio y la poesía de Rubén Darío.
Posteriormente Carrascosa, relató cómo había creado el libro en este año y pico de pandemia y como la musa había vuelto colmándola de ilusión y de versos para poder así publicar esta pequeña joya poética, en estos momentos tan complicados, para después recitar poemas como: Amor prohibido, puedo, navegando en la tristeza, aunque vuelvan las golondrinas, coser y narrar, en clave de sol, etc. que gustaron mucho al público asistente, que fue reducido dadas las circunstancias.
Como decía Amado Nervo: “sólo hay tres voces dignas de romper el silencio: la de la poesía, la de la música y la del amor” y en este caso la autora lo rompió con la poesía, creando un cálido ambiente en un marco incomparable como lo es el Claustro de la Fundación en una mañana de verano radiante de luz y alegría.