Fran Martínez se ha convertido en un fenómeno durante su paso por el concurso gastronómico MasterChef. Y no sólo en su tierra Cuenca, donde sus paisanos le han apoyado hasta el final, sino que se ha ganado al público en general por su simpatía y naturalidad. Sus alusiones al «forrete», puro ADN conquense, o a su profesor de la Fuente del Oro han disparado su popularidad desde la cercanía y la espontaneidad. Estas cualidades, junto a sus virtudes innegables en los fogones y su entrega, también han disparado los elogios de los miembros del jurado. Finalmente, no pudo ser y no fue posible obtener la chaquetilla del ganador. Su cuarto puesto le sabe a gloria por la experiencia adquirida y las vivencias que ahora paladea en su pueblo, Cañizares, junto a su mujer y sus dos hijos.
¿Qué tal el día después, Fran?
Muy contento… y muy cansado porque trasnochamos ayer para ver el programa. Pero, evidentemente, súpercontento de haber podido representar a Cuenca, haber llegado a la final y de estar a un paso de conseguir la chaquetilla. Ha sido una experiencia alucinante.
¿Durante tu paso por el programa lo has pasado bien…y mal en algunos momentos puntuales?
Ha sido un programa lleno de mociones. Ha habido ratos buenos y también malos pero a base de lucha hemos conseguido convertir los ratos menos buenos en ratos positivos. De eso se trata. En el programa hay momentos de mucha tensión con la elaboración de los platos, preparación, las valoraciones del jurado…
Una de las consecuencias de tu paso por el programa es tu designación como pregonero de las fiestas de San Julián…
Para mí ser pregonero en Cuenca es un honor y un orgullo. Cuenca es la ciudad que me ha dado todo. Tengo 30 años y es la ciudad que me ha visto crecer y formar mi familia. Es un honor que Cuenca quiera contar conmigo para un acto que, para mí, es súper importante, es lo máximo. No es algo a lo que esté acostumbrado pero lo daré todo para estar al máximo nivel.
¿Cómo vas a cocinar el pregón, tienes idea de cuáles serán los ingredientes?
A partir de hoy mismo empezaré a prepararlo. Ya hemos terminado el programa así que vamos a lo siguiente porque lo tengo que bordar y hacer perfecto que nos sintamos todos orgullosos de ser conquenses. Vamos a meter algún toque gastronómico y ya que no llegue a la chaquetilla poder resaltarlo ahora. Poder resaltar nuestros productos y seguir luciéndolos.
«Ha sido un programa lleno de emociones. Ha sido una experiencia alucinante»
Una de las señas de identidad de tu paso por MasterChef ha sido tu ‘conquensismo’. Has sido un gran embajador de tu tierra.
Hay que sentirse orgulloso en todo momento de ser de Cuenca. Como decía antes, es la ciudad que me ha dado todo. Entonces hay que sentirse orgulloso de ser de Cuenca y nunca renegar de donde eres. Eso es así.
Muy de Cuenca…¡Y muy del Atlético de Madrid !
Evidentemente, también. El Atleti para mí, lo dice mucha gente, es una forma de vivir. Vivo todo con la máxima intensidad posible y disfrutándolo todo al máximo. Dándolo todo en cada momento. Y pase lo que pase siempre, si lo has dado todo, no te puedes reprochar a ti mismo nada.
¿Qué valoración puedes realizar de los momentos vividos con sus compañeros y con los integrantes del jurado?
Los miembros del jurado se han portado muy bien. Siempre me han tirado capotazos en el buen sentido y me han ayudado en muchos momentos para decirme esto se hace así, esto asá, esto tenías que haberlo hecho de esta manera u otra. El jurado, para mí, ejemplar.
¿Y con tus compañeros y compañeras?
Pues igual. Al final con los que más he interactuado ha sido con Arnau, con Mery y con María porque hemos estado más tiempo conviviendo juntos. De cada uno aprendes una cosa nueva y, sobre todo, a nivel gastronómico. Cada uno de un sitio y de un padre y una madre. Se aprende mucho de la cultura gastronómica de otras comunidades y eso es también muy importante. Y a nivel de convivencia no he tenido con ellos ningún problema. Es más, con Arnau es con quien he estado durmiendo desde el principio hasta el final. Tanto en la casa como en los hoteles cuando íbamos a exteriores.
«Hemos aprovechado para pasar estos días en Cañizares y se nos ha hecho cortos»
Lo que ha quedado patente es que los nervios son una de tus señas de identidad.
Jajaja, sí. Los nervios que tengo se me van pasando con el paso de los años pero todavía están fuertes. Y más allí. Se ha visto en MasterChef que soy muy nervioso y tengo que lidiar con ellos. A veces son buenos y otros no tanto pero es lo que hay y tenemos que asumirlo.
Una de las cuestiones que quedan pendientes son las ofertas de trabajo que te han planteado los miembros del jurado…
Sí, recibir ofertas de esta gente, con este nivel, es increíble. Es un orgullo. Igual que hacer el pregón. Hay que examinar todo tranquilamente pero, evidentemente, mover a una familia, con dos hijos, teniendo una hipoteca aquí es un poco complicado. Mi mujer también tiene el trabajo aquí y… estoy muy a gusto en Cuenca. Hay que verlo todo bien.
Y para descansar después de todo el trajín, tu pueblo: Cañizares.
Vamos a estar hasta jueves o así. No podemos estar más porque el viernes tengo que ir a Madrid al restaurante de MasterChef. La semana que viene también tengo que estar fuera…Aquí en Cañizares hemos aprovechado para pasar estos días que se nos han hecho cortos porque en la Sierra ahora se está muy bien. Puedes dormir bien, un poco tapado y sin agobios. Una maravilla. Estamos muy bien en el pueblo