Fran Martínez, el concursante conquense que participa en la novena edición de Masterchef, ha superado el séptimo programa sin la necesidad de pasar por la prueba de eliminación. Su equipo venció en la prueba de grupos, que se disputó en la Plaza Mayor de Madrid, y vio la prueba de eliminación desde la grada a la que acceden los que se han salvado. Pepe fue el candidato eliminado mientras que María venció en la repesca y se reincorporó a las cocinas.
El programa se transformó en una competición entre los tres jueces del concurso para convencer a Fran para que fichara por sus restaurantes. Tras enterarse de que Samantha había hecho una primera propuesta para entrar en su nuevo restaurante en Pedraza, Jordi Cruz, cuyos establecimientos suman seis estrellas Michelín, también se unió a la pelea. “Menudo disgusto me han dado. Me han contado que te estás planteando irte a Pedraza a trabajar con Samantha. ¿No te gusta Barcelona?”, le preguntó. “Samantha me ha dado muchísima confianza, creo que se va a llevar muy bien con mi mujer”, contestó el conquense. Cruz continuó intentando convencer al conquense, preguntándole si se veía viviendo en Pedraza, a lo que Fran replicó planteando si había centros comerciales en Pedraza y, ante la pregunta del chef sobre si su futuro estaba determinado por los centros comerciales, el conquense indicó que era para que su mujer estuviera “más a gusto”.
Poco después, Samantha continuó en la lucha afirmando que Fran era su “burrito vencedor” y le afirmó que “si tu mujer quiere un centro comercial, yo le pongo un centro comercial en Pedraza”. “Jordi me intenta camelar y tiene unos ojos muy bonitos pero yo digo que no”, contestó el concursante conquense.
Pepe Rodríguez también entró en el juego, y le planteó ir a trabajar a su restaurante El Bohío. “¿Qué quieres ser, caballito, cerdito o burrito?”, le dijo Jordi Cruz. “Fran, toma la chequera y ponte precio”, contestó Pepe Rodríguez. “Eso lo lleva mi mujer, que es la representante”, bromeó el conquense, que zanjó el tema afirmando que “para mi es demasiado estar aquí y poder trabajar con cualquiera de vosotros tres”.
Pese a vencer en la prueba de equipos, el conjunto de Fran se llevó el reproche de los jueces porque fue convertido en una lucha de egos, con una única aspirante de los cinco componentes tratando de hacer equipo. Eso sí, la réplica que hicieron de una reinterpretación del bocadillo de calamares y huevos rotos no tuvo pegas y los cinco se libraron de ir a la eliminación.
Previamente, la primera prueba fue una de las clásicas del programa, en la que los concursantes se pueden robar ingredientes unos a otros. El conquense se dedicó a eliminar las gelatinas que tenían sus rivales en sus cestas y otros ingredientes como “unos tomatejos”, mango o mantequilla.
En esta prueba, Fran trató de sorprender a los jueces con un alajú de cacao que no gustó a los jueces, pero su actitud fue puesta como ejemplo al resto de sus compañeros. “Si alguien merece el título de caballo ganador eres tú”, subrayó Jordi Cruz.