Cáritas Diocesana de Cuenca ha acompañado el pasado año 2020 a un total de 4.368 personas, lo que supone un incremento del 45% respecto a años anteriores. Además, como prueba de virulencia que ha desarrollado la pandemia en el territorio conquense, señalar que un 30% no había sido atendidas con anterioridad. Es decir, que no habían necesitado los servicios de esta entidad. El perfil de las personas atendidas por Caritas es una mujer, española y de más de 45 años.
El balance realizado este martes por el obispo de la Diócesis, José María Yanguas; el director de Cáritas Diocesana Cuenca, Pedro Bordallo y la secretaria general, Paz Ramírez; destaca el aumento de las intervenciones realizadas por esta organización asistencial en diferentes ámbitos. Así, Ramírez ha puesto de relieve que «en el centro de atención residencial San Julián hemos acompañado a 23 personas y aquí nos encontramos con un nuevo perfil emergente que son los ex-menores inmigrantes no acompañados. Chicos de 18 años que salen de su situación de protección como menor inmigrante no acompañado y el día que cumplen la mayoría de edad se encuentran en la calle y es un nuevo perfil de personas sin hogar».
Estas mismas fuentes han precisado que el Centro de Alojamiento de Urgencia, conocido anteriormente como Albergue de Transeúntes, «ha estado al completo prácticamente todo el año. Hemos atendido a 411 personas y se han dado un total de 13.000 servicios». En este caso, el perfil del usuario es hombre, español y mayor de 45 años. Entre los programas puestos en marcha para atender las necesidades derivadas de la crisis sanitaria figura «Calle con Corazón» para ofrecer apoyo a las personas que viven en la calle. Desde su inicio a mediados de noviembre atendió a 22 personas hasta final de año.
Otra de las líneas de actuación de Cáritas ha sido el respaldo en materia laboral a las personas que lo necesiten. En este caso, se ha apoyado a 738 personas en materia de colocación y se ha ofrecido orientación laboral a 583.
La sociedad conquense responde al incremento de las necesidades
Paz Ramírez ha puesto de relieve que la solidaridad de la sociedad conquense ha respondido ante el incremento de las necesidades asistenciales derivadas de la pandemia. Así, esta respuesta se ha materializado en el aumento de los voluntarios que han alcanzado la cifra de 294 y en las aportaciones económicas de particulares. Por primera vez, este año las aportaciones privadas han superado a las públicas, suponiendo las primeras un 53,2% respecto a los 2.587.892 euros invertidos en total.
El obispo de Cuenca, José Mª Yanguas, ha destacado que «lo importante es lo que Cáritas ha realizado este año, no los números de la memoria. Lo que podamos decir es completamente secundario. Podemos resaltar algunos aspecto pero lo decisivo es el trabajo y la actividad realizada con las personas concretas que lo necesitan. La labor imponente que se ha hecho en estos meses protegiendo a las personas, ofreciendo un techo, colaborando en la formación,…esa labor de acompañamiento a tantos que se hubieran encontrado en una gran soledad si, por ejemplo, no hubiera habido un voluntario de caritas llevándole la comida».
Por su parte, director de Cáritas Diocesana, Pedro Bordallo, ha hecho hincapié en que «han sido muchas las familias que han atravesado o están atravesando momentos muy difíciles y que han confiado en nosotros para poder salir de esta situación. Cáritas crea lazos con aquellos que peor se encuentran. Movidos por la dignidad de las personas y el amor a Dios somos agentes transformadores de la realidad de estos colectivos tan vulnerables». En este sentido, ha agradecido el trabajo realizado «a los voluntarios, la columna vertebral de Cáritas pero también sería justo agradecer su trabajo a los sacerdotes de nuestra Diócesis que desde sus pueblos y barrios han estado 24 horas prestando servicio a quienes lo necesitaban. Y junto a ellos, los trabajadores de Caritas que se han volcado en resolver los problemas que iban surgiendo».