Francisco Pérez Torrecilla, Portavoz de Agua del Grupo Socialista en las Cortes de CLM
Si bien no cabe duda de que, este último, ha sido un año complicado en general, en materia de agua no se ha quedado atrás. La pandemia de COVID-19 ha dificultado enormemente nuestra actividad, también a la hora de mantener y gestionar nuestras instalaciones. Además, Filomena nos vapuleó como desde décadas no lo hacía un temporal, provocando pérdidas millonarias en muchos sectores y enormes daños en infraestructuras, como las hidráulicas.
En Castilla-La Mancha somos perfectamente conocedores de la importancia de una buena gestión del agua. Aun siendo franqueados por cinco de los ríos más importantes de la península, el agua no es un recurso que sobre en nuestra comunidad, porque nuestra Región forma parte de la España seca. También sabemos, desgraciadamente, que existen factores externos, y ajenos a nuestro control, que repercuten de forma muy negativa sobre la posibilidad de su uso y aprovechamiento: se trata de los trasvases injustificados que, bajo la cobertura de una ley injusta, se realizan de forma indiscriminada a otros territorios y comunidades.
A pesar de todo esto, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha trabajado y trabaja concienzudamente para lograr dos objetivos principales: primero, mantener en las mejores condiciones la red de infraestructuras hídricas de nuestra región y extenderla hasta llegar a todos los ciudadanos, y segundo, preservar la salud de nuestros ríos y embalses, procurando que sus caudales y niveles sean los más óptimos. Alcanzar estos objetivos requiere, por un lado, voluntad política y financiación para acometer las inversiones necesarias y, por otro lado, sentido de la responsabilidad para la defensa de nuestros recursos hídricos. Así lo ha entendido el Gobierno del Presidente García-Page, y así está actuando.
Pero, lamentablemente, no siempre fue así. El Gobierno de la Sra. Cospedal nunca quiso entender ni ser consciente de la importancia del agua para Castilla-La Mancha. No solo abandonó la red de infraestructuras hidráulicas ya creada, sino que paralizó las que estaban en construcción y dejó de proyectar e invertir en otras nuevas. Y como colofón a su irreverencia con esta región, no solo abandonó la defensa de nuestros recursos hídricos, sino que, plegándose a los intereses de su partido, traicionó los de Castilla-La Mancha, ideando y apoyando el nefasto memorándum de entendimiento sobre el Trasvase Tajo-Segura, que tanto daño provoca a nuestra región.
El Partido Popular de Castilla-La Mancha ha carecido y carece de voluntad política para solucionar los problemas de nuestra región, también en materia de agua, posicionado siempre de perfil y ausente a la hora de defender los intereses regionales.
Afortunadamente, la mayoría de la sociedad castellanomanchega piensa y obra diferente. La creación de la Mesa del Agua por parte del Gobierno Regional y la participación en la misma de medio centenar de colectivos de todos los sectores, es un claro ejemplo de unidad, apoyo y respaldo a las políticas que se llevan a cabo en defensa del agua en la región. Ahora, por fin, Castilla-La Mancha sí tiene una posición común en materia hídrica.
La futura Ley de Aguas de Castilla-La Mancha, que debe comenzar su tramitación parlamentaria en breve, es otra evidencia del interés del Presidente García-Page y su Gobierno por mejorar la gestión de los recursos hídricos en nuestra comunidad. Esta nueva ley llega para actualizar la vigente normativa reguladora del Ciclo Integral del Agua, del año 2002, y para adaptar nuestra legislación a los nuevos requerimientos de las Directivas Europeas, aumentando también la participación de nuestra comunidad autónoma en las cuestiones de ámbito nacional que afectan directamente a nuestro territorio.
El avance en la construcción de nuevas infraestructuras hidráulicas es notable incluso en el último año, a pesar de la pandemia, y el programa de inversiones previstas a corto plazo es el más ambicioso da la historia de la región. Todo, fruto de la voluntad del Gobierno Regional por mejorar la gestión del agua y conseguir el máximo aprovechamiento de nuestros recursos hídricos.
Es nuestra obligación continuar esforzándonos también por recuperar y conservar nuestros lagos, humedales, ríos y fuentes, y nuestro bosque, en detrimento de otras actividades que pudieran parecer más rentables a corto plazo, pero que lo sean únicamente para el bolsillo de unos pocos a costa del patrimonio de todos. Como socialistas, debemos trabajar en beneficio de la sociedad, frente a la voracidad de quienes no les importa agotar recursos y marcharse a otro lugar.
Queda camino por recorrer, sin duda, y somos tan conscientes de ello como de la necesidad de continuar haciendo camino de la mano de la sociedad castellanomanchega. Esa es la voluntad y la responsabilidad del Gobierno del Presidente García-Page, con el apoyo incondicional de los socialistas de nuestra Región, siempre comprometidos con la defensa del agua.