La Asociación de Vecinos del Casco Antiguo ha publicado un comunicado en sus redes sociales en la que pide al Ayuntamiento de Cuenca que aplique las medidas previstas «de manera realista y proporcionada» para que «no pase como casi siempre» y el Casco Antiguo se convierta en un gran botellón durante el Domingo de Ramos, que se celebra este 28 de marzo.
La entidad vecinal reconoce que este año, marcado por la pandemia y el Estado de Alarma, el Consistorio «se ha anticipado con su habitual registro normativo», pero cree que la clave estará en la puesta en práctica. Desde el pasado 24 de julio un decreto del alcalde, Darío Dolz, prohíbe beber en la calle en la ciudad de Cuenca. Además, las medidas especiales contra el coronavirus de Nivel 2 vigentes en Castilla-La Mancha establecen el refuerzo de los controles «para impedir el consumo de alcohol que no estuviera autorizado y otras actividades no permitidas en la vía pública» y subrayan que el «Ayuntamiento aumentará la vigilancia para detectar y sancionar estos comportamientos y actividades».
La Asociación de Vecinos recuerda que en los últimos años («hace diez no era así») se estaba imponiendo una costumbre tras la Procesión del Hosanna, este año suspendida como todas las de Semana Santa, «el celebrar el domingo de ramos con sumo goce y disfrute social el resto del día por las calles, plazas y rincones del Casco Antiguo».
La organización ciudadana ha comunicado por diferentes medios los trastornos «que esto supone sobre todo para la convivencia, ya que esa excesiva masificación de gente genera residuos de todo tipo, vidrio, plástico, micciones y excrementos de todo tipo que los dispositivos de limpieza no dan lugar a mantener correctamente su recogida ni en los días posteriores, especialmente en la zona del Barrio del Castillo».