Alcer Cuenca afirma en nota de prensa que la celebración del ‘Día Mundial del Riñón’, este de marzo, llega este año «en el contexto de una doble preocupación: por un lado, el crecimiento continuado de la prevalencia de la enfermedad renal crónica (ERC), que año tras año sigue creciendo sin que se revierta la tendencia; por otro lado, el fuerte golpe de la pandemia en los pacientes renales. En aquellos pacientes que precisan tratamiento renal sustitutivo, las tasas de contagio y mortalidad son muy superiores a la media de la población». “Pedimos que sean considerados prioritarios para recibir la vacuna y demandamos ayuda a las autoridades y a los líderes de opinión de nuestro país para dar a conocer y frenar la Enfermedad Renal Crónica, que a pesar de afectar a una parte cada vez más importante de la población (unos siete millones de españoles) y tener un gran impacto en la expectativa de supervivencia y calidad de vida de los pacientes, sigue siendo una gran desconocida para la mayoría de la opinión pública”, explica la presidenta de la Sociedad Española de Nefrología, S.E.N., Patricia de Sequera.
Daniel Gallego, presidente de Federación Nacional ALCER expresa que “vivir bien con enfermedad renal en el contexto de la pandemia que estamos viviendo, significa estar vacunado frente a la Covid-19, por ser las personas con enfermedad renal un colectivo especialmente vulnerable y de riesgo. La calidad de vida de cualquier persona con enfermedad renal se ha visto afectada por la disrupción en la calidad asistencial de los sistemas de salud, y han comprometido el diagnostico, seguimiento y monitorización de las enfermedades renales. Queremos poder seguir con nuestras actividades diarias y sociales, a pesar de la enfermedad renal, esa es la única manera de vivir bien con enfermedad renal”.
Los datos sobre la evolución de la ERC en España «no dejan lugar a las dudas». Su prevalencia ha crecido un 30% en la última década, y el número de personas en Tratamiento Renal Sustitutivo (es decir, diálisis o trasplante) en nuestro país ya supera las 1.350 personas por millón de población (pmp). Por su parte, la incidencia sigue creciendo y se sitúa ya en 152 pmp, lo que
supone que más de 7.100 personas iniciaron diálisis o trasplante en 2019, el último año registrado. En total, más de 64.000 pacientes necesitan en nuestro país un tratamiento que reemplace la función de sus riñones. Este aumento de la prevalencia e incidencia de la ERC se relaciona con factores de riesgo como la diabetes y la enfermedad cardiovascular (responsables del 50% de los casos), la obesidad, la hipertensión arterial o el tabaquismo, muchos de los cuales podrían prevenirse con la adopción de unos hábitos de vida saludables, que permitirían frenar su avance. A ello hay que sumarle que «es una enfermedad que presenta síntomas poco reconocibles en sus estadios iniciales, y que cuenta con una tasa de infradiagnóstico que supera el 40%. Además, la tasa de mortalidad ha crecido más de un 30% en la última década, y en 2018 fallecieron 5.100 personas en Tratamiento Renal Sustitutivo, es decir, 14 personas al día».
A este «preocupante» panorama «se ha venido a sumar en 2020 el impacto de la covid-19, que se ha cebado de forma especial con estos pacientes. En España la tasa de contagio de los pacientes en Tratamiento Renal Sustitutivo ha alcanzado un índice del 5% -más alto que la población en general-, y una tasa de mortalidad superior al 25% del total de pacientes en TRS contagiados, que, en el caso de los pacientes en hemodiálisis, los más afectados, asciende aún más hasta llegar al 30%. La vulnerabilidad de estos pacientes se ha demostrado muy alta debido a la imposibilidad del distanciamiento y confinamiento social, y la necesidad de
desplazarse a los centros sanitarios varias veces a la semana para acudir a las sesiones de terapia renal».
“La pandemia no ha hecho sino acentuar y poner de manifiesto con especial crudeza la gravedad del problema que representa la creciente prevalencia de la Enfermedad Renal Crónica en España y en todos los países avanzados”, explica la presidenta de la S.E.N., que señala no obstante que hay que dar un mensaje positivo y de estímulo a los pacientes renales, de acuerdo con el lema mundial de “Vivir bien con enfermedad renal”. “Vivir bien con enfermedad renal significa educación para lograr un buen manejo de los síntomas y adherencia a los tratamientos, utilizar fuentes de información seguras, fiables y contrastadas, promover hábitos de vida saludables, ajustados a la situación de cada persona, aceptar la enfermedad y aprender a vivir con ella, preocuparse por una buena salud emocional, mantenerse activo y aprovechar para ayudar a personas en tu misma situación”, explica De Sequera.