Mª Mar del Campo se encuentra entre las profesionales que se ha tenido que adaptar a la pandemia y ya lleva elaboradas «miles» de mascarillas desde el inicio de la crisis sanitaria desde su propio domicilio. Esta artesana e ilustradora ha hecho de la necesidad virtud y tras adquirir una máquina industrial se ha volcado en la elaboración de mascarillas a través de su empresa «Buhodream», con presencia en redes sociales tanto en Facebook como en Instagram. Su última colección, una serie de ilustraciones originales de lugares emblemáticos de la ciudad de Cuenca, como las Casas Colgadas, plasmados en los elementos de protección contra la COVID-19.
Mª Mar comenzó elaborando mascarillas gratuitas de algodón para «sanitarios, personal del matadero, familiares, amigos… Luego empezaron a encargarme para más gente, empresas…y ya empecé a comprar telas certificadas y homologadas. A partir de ahí ya empecé a hacerlas con diseños para establecimientos de Cuenca, corporativas. No he parado desde entonces». Las consecuencias laborales derivadas de la pandemia la obligaron a una reorientación enfocada a su nueva actividad. «Las hago en casa. Tengo una máquina industrial que me compré porque soy artesana y hago mochilas, bolsos,…para venderlas después en mercados pero eso está paralizado. También daba clases de patchwork y también se paralizó. Así que me puse a hacer mascarillas y ahora me gano la vida con ellas con mi empresa Buhodream que, en realidad, soy solo yo».
La artesana e ilustradora reconoce que «no quiero dedicarme a esto pero la situación obliga y me lo demanda la gente. Son mascarillas buenas, seguras. Gracias a Dios, tengo trabajo por esto pero no quiero seguir viviendo de esto porque eso significa que la gente se está arruinando, literalmente. Así que estoy deseando que pase aunque parezca mentira».
Del cuadro a la mascarilla
Mª Mar del Campo ha dado un paso más y en sus últimas mascarillas ha decidido incorporar algunas de las señas de identidad de la ciudad de Cuenca mediante diseños propios. Una tendencia en la que sigue trabajando y puede tener continuidad en el futuro. «Soy ilustradora y con cuadros míos he hecho mascarillas con la calle Alfonso VIII, Casas Colgadas, rascacielos… Son cuadros que tengo en casa. Llevan doble capa de tela homologada y disponen de un espacio para colocarle un filtro porque hay gente que quiere protegerse más. Quiero sacar ahora, de cara a Navidad, una colección de Semana Santa con fotos de Julio Palencia. Estamos en ello».
Los trabajos de la artesana conquense han conseguido traspasar fronteras a través de Facebook, Instagram «y, sobre todo, el boca a boca. Una amiga mía se la regala a un grupo de Zamora y luego me llegan pedidos. Jordi Hurtado, de Saber y Vivir, lleva mascarillas mías; los funcionarios de prisiones de Huelva y de Canarias, la Federación de Valencia de Orientación…Como todo corre por las redes sociales he mandado incluso a Estados Unidos. También me han pedido muchas mascarillas para perros».