Cáritas Cuenca ha duplicado el número de familias que atiende en el economato, pasando de 30 a 60, gracias a los 40.000 euros extraordinarios que la Diputación de Cuenca aportó durante los meses del confinamiento. Este proyecto, que lleva acabo la organización diocesana en la capital conquense, permite que las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad puedan comprar productos de primera necesidad abonando el 20 por ciento de su coste.
El presidente, Álvaro Martínez Chana, ha ido a conocer estas instalaciones y comprobar de primera mano la gran labor que realiza Cáritas para ayudar a todas estas personas, además, ha aprovechado la ocasión para agradecer “todo el trabajo que hacen tanto de la organización, como los voluntarios”. La institución provincial considera que la prioridad ahora mismo es estar al lado de estas organizaciones “ocupadas y preocupadas” de las personas que más lo necesitan, sobre todo familias con niños y niñas pequeños.
Otro de los ejes en los que trabaja Cáritas Cuenca, y que es muy valorado por la Diputación de Cuenca, es el gran arraigo provincial que tiene esta asociación con una amplia red de voluntarios que “se dejan la piel” sacrificando su tiempo libre para aportar su grano de arena.
El jefe del ejecutivo provincial ha estado acompañado del director de Cáritas Cuenca, José Martín, así como de la diputada de Servicios Sociales, Lorena Cantarero; el responsable de Cáritas ha señalado la importancia de que los participantes de este servicio paguen una cantidad por recibir estos productos, ya que “dignifica la atención a las personas más vulnerables y, con ello, el derecho a la alimentación”.
Además, los técnicos de Cáritas han trasladado a los responsables provinciales que la situación es cada vez más difícil y que se está viendo un empeoramiento de la situación de las familias que se están acompañando en el Economato Emaús que tiene en la capital y la ayuda de Diputación se ha antojado fundamental. Esta ayuda se une al convenio anual que ambas instituciones firmaron recientemente y que contempla una aportación anual de 27.000 euros provenientes de las arcas provinciales para que la organización diocesana mantenga los pisos de acogida, colaborando así en la reinserción social de muchas personas que se encuentran en exclusión social.