El Gobierno de España ha declarado el 2025 como el Año del Pueblo Gitano para conmemorar los 600 años de su llegada a la Península Ibérica un 12 de enero de 1425. La declaración institucional aprobada por el Consejo de Ministros el pasado mes de enero señalaba que se trata de una acción para que este hito suponga “una oportunidad histórica para reconocer y celebrar la profunda huella cultural, social y lingüística que el pueblo gitano ha dejado en nuestra nación”, así como para “reconocer las injusticias históricas y actuales a las que se enfrentan».
Este hecho además recopila las acciones que se han llevado a cabo en los últimos años para alcanzar esta meta, como la aprobación en 2022 de la Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación y la introducción en el Código Penal (en los artículos 22.4ª y 51) del antigitanismo como circunstancia agravante y como finalidad constitutiva de un delito de odio específico contra los gitanos y las gitanas. También, la Ley de Empleo, aprobada en 2023, en la que se incorporó a las personas gitanas como colectivo de atención prioritaria.
Para Rocío Bustamante, presidenta de la asociación de mujeres gitanas de Cuenca «Orobroy Romi», el pueblo gitano ha aportado «riqueza cultural» al legado del país, en el arte y en la música, así como en la cultura social y lingüística. «Se es gitano y se es español, porque España también es gitana», afirma Bustamante.
Algo en lo que coincide Manuel Vargas García, responsable del programa educativo ‘Promociona’ en la Fundación Secretariado Gitano de la provincia. Sobre la lengua, sostiene que el romano desapareció del país por la «persecución» que sufrió el pueblo gitano, pero surgió el caló, «una mezcla de palabras castellanas y romanas». Actualmente, en el día a día son muchas las palabras que se utilizan que provienen de ella. «En los colegios damos los anglicismos o palabras que provienen del latín o del griego, pero esto se obvia», resalta Vargas García.
El flamenco es otro arte aportado desde la etnia gitana, dice Manuel, «que sube desde la pena y el sufrimiento de nuestro pueblo», así como otros artistas escritores, poetas, pintores que son conocidos dentro del ámbito gitano «pero que son un poco desconocidos dentro de la sociedad mayoritaria». Uno de ellos el pintor Julio Romero de Torres, cuyas obras están protagonizadas por mujeres gitanas que le han servido de musas.
Año para reivindicar una justicia social
Este hito histórico para el pueblo gitano tiene que reivindicar las desigualdades que sufren, resalta Vargas García. Afirma que seis de cada diez niños gitanos no finalizan la educación obligatoria. «‘Promociona’ es un proyecto socioeducativo en el que el 80% de los niños que participan en él finalizan y titulan. Llegamos a muchas localidades, pero no llegamos a toda la comunidad gitana», manifiesta su responsable. Por ello, pide a las administraciones públicas que sean capaces de copiar su estilo «ya que los datos están ahí y funciona, porque la educación es el pilar más importante».

«Partimos de la base de que los niños y las niñas gitanas no conocen la historia de su pueblo en los centros educativos. Tenemos también a familias que en su mayoría no tienen estudios. Entonces, les resulta muy complicado a la hora de hacer los deberes estar con los niños. No tienen herramientas para ayudarle y en muchos casos son familias en riesgo de exclusión que no pueden costear a un profesor particular», cuenta Vargas García. Asimismo, señala que desde el propio ámbito familiar también hay unas bajas expectativas y «no tienen las herramientas o no saben cómo ayudar a sus hijos para que terminen». Luchan también, dice, por que haya referentes dentro del sistema educativo en la familia.
Las mujeres gitanas sufren una «triple» discriminación en la sociedad, «por ser mujer, por ser gitana y por pertenecer a un grupo de baja exclusión social», sostiene Rocío Bustamante. Fundó la asociación ‘Orobroy Romi’ con el fin de dar visibilidad a la mujer gitana y luchar por una igualdad de condiciones, que además trabaja con familias de otras etnias.
«Si hay algo que el pueblo gitano necesita es justicia, igualdad y, sobre todo, respeto», sostiene Bustamante, así como una igualdad democrática, «porque la convivencia y la igualdad son muy necesarias».
El representante de la Fundación Secretariado Gitana señala que últimamente están viendo discursos «muy discriminatorios». Destaca que los gitanos son la minoría étnica más rechazada y más discriminada tanto en Europa como en España. «Los discursos de odio que está habiendo últimamente a través de redes o de distintos partidos políticos echan más leña al fuego, hacen que haya más discriminación hacia lo distinto, hacia lo diferente, hacia las minorías», insiste Vargas García.
Lo que un apellido puede excluir
Otro de los problemas a los que se enfrentan es la infravivienda, el acceso al empleo o el «simple hecho de que las mujeres y los hombres gitanos no puedan ir libremente por un supermercado sin tener un guardia de seguridad detrás de ellos, o sin hacerles pasar un mal rato abriéndoles las bolsas por ser quienes somos», asegura Manuel. Este año del pueblo gitano, dice, tiene que ir unido «al cumplimiento de derechos».
Rocío Bustamante admite que la integración en la sociedad de los gitanos «ha mejorado bastante», aunque opina que «todavía queda mucho por trabajar, porque el antigitanismo es una lacra que está alimentada por la sociedad y se debe combatir desde el respeto y la tolerancia, desde todos los frentes y las instituciones». «Hay que romper con esos estigmas y estereotipos y ese techo de cristal que no nos deja avanzar», añade.
Para la presidenta de ‘Orobroy Romi’, el reto más importante al que se tienen que enfrentar en el día a día es el apellido, «que te cierra la puertas». Por ello, exigen un cambio y la mejor forma de conseguirlo, dice, es a través del asociacionismo junto con la participación de todas las mujeres en proyectos y actividades.

Asimismo, Vargas García afirma cuando alguno de ellos va a visitar un piso, la inmobiliaria pone «cualquier excusa cuando ve el apellido». «Igual que a la hora de acceder a un empleo, hemos encontrado gente que directamente su currículum es desechado sin mirarlo por el mero apellido que tiene. Algunos de los participantes que tenemos piden cubrirlo un poco porque creen que así sí que van a tener más opciones de acceder a ese empleo», asegura.
«Hay que valorar y tener más en cuenta a la comunidad gitana, porque somos una comunidad que tenemos muchas cosas que aportar y nosotros lo único que queremos es que todos vivamos en una sociedad más justa y equitativa para todos», dice Bustamante, que añade que las mujeres gitanas «estamos persiguiendo metas y propósitos, no nos vamos a dar por vencidas y estamos muy orgullosas de lo que somos».
Actividades para celebrar el Año del Pueblo Gitano
Desde la asociación de mujeres ‘Orobroy Romi’ van a celebrar este año con actividades de convivencia, charlas en diferentes organismos y entidades, así como exposiciones. Además, el próximo 8 de abril, que se conmemora el día del pueblo gitano, leerán su manifiesto, en el que participarán niños y mujeres. También, entregarán plazas a las mujeres mayores para reconocer su trayectoria, «porque ellas son nuestras héroes en esta historia, son las que han aportado y nos han dado esos valores de lucha», dice Bustamante.
Por su parte, la Fundación Secretariado Gitano de Cuenca va a realizar actividades con centros educativos de la ciudad para el día del pueblo gitano y traerán una exposición que contará su historia desde que llegaron a la Península Ibérica, todavía sin fecha ni ubicación. Asimismo, el Ayuntamiento de Cuenca inaugurará ese día una zona ajardinada que pasará a llamarse Parque 8 de abril, donde el organismo leerá un comunicado institucional.