La señal de la cruz que lucen los cristianos en la frente marca el inicio de la Cuaresma, un periodo de “propósitos” en el que acercarse a la fe y los valores encarnados en Cristo. La Cuaresma fecha su inicio en torno al año 325 d. C. Constituye un momento de recuerdo a los cuarenta días en los que Jesús recorrió el desierto, tentado múltiples veces por el diablo, como muestra de una prueba de la espirtualidad y capacidad de Jesucristo para resistir la tentación. A continuación desentrañamos a modo de preguntas y respuestas las principales claves a nivel teológico sobre el Miércoles de Ceniza, momento que marca el inicio de este periodo, para comprender su origen y simbología.
¿Qué representa el Miércoles de Ceniza?
Antes de la celebración de la Pascua, que es la celebración del misterio de la entrega de Jesús por la salvación de los hombres. El cristiano se prepara siguiendo la tradición y reconociendo humildemente sus limitaciones sus defectos, así como sus pecados. En la tradición bíblica, la ceniza siempre ha sido un signo penitencial. Imponerse ceniza sobre la cabeza, sobre el cuerpo, es un signo de arrepentimiento y de querer cambiar de vida. En la costumbre cristiana se recoge dicha simbología y se usa en el día de comienzo de la Cuaresma.
¿Qué significan las palabras que dice el cura durante la imposición de la ceniza?
Este signo en la liturgia va acompañado de unas palabras extraídas de las Sagradas Escrituras. Existen dos posibles fórmulas: “recuerda que eres polvo y al polvo volverás” o “convertíos y creed en el Evangelio”. La primera máxima es un modo de reconocer ante Dios que no cabe más actitud por parte del hombre que la humildad, el reconocimiento de que solo Dios es grande y el hombre viene del polvo y al polvo vuelve. La segunda máxima hace hincapié en la tarea del creyente durante la Cuaresma: volverse a Dios, el verdadero protagonista de la Cuaresma, de la Pascua y de toda la vida del cristiano.
De estas fórmulas bíblicas la más tradicional es “recuerda que al polvo eres y al polvo volverás”. “Convertíos y creed en el evangelio” se incluyó en una reforma litúrgica posterior, durante el Concilio Vaticano II, y hace mayor hincapié en que el cristiano necesita un proceso constante de conversión para vivir la fe de un modo auténtico.
¿Es la imposición de la ceniza el único acto simbólico para los creyentes durante la Cuaresma?
Aunque esta celebración de la imposición de la ceniza tiene mucho arraigo y ha cuajado entre los católicos, que participan con mucho fervor en esta celebración, hay otros actos penitenciales propios de la Cuaresma como el ayuno, la abstinencia. La imposición de la ceniza es un acto externo, un rito que marca el inicio de un tiempo espiritual así como sus propósitos, sin embargo, el ayuno y la abstinencia simbolizan un compromiso. A través de estos ritos se hace una renuncia al “yo”, emulando a la que Cristo hizo durante 30 días en el desierto, para dominar las pasiones, vencer las tentaciones y compartir los bienes propios con los más necesitados.
¿Son estos ritos del cristianismo exclusivos de la Cuaresma?
Aunque la la penitencia, el ayuno y el compartir son una parte esencial de la vida cristiana al completo, suelen circunscribirse de un modo más concreto al tiempo de Cuaresma. De este modo el calendario cristiano señala unos periodos asociados con unos valores. La Cuaresma se identifica como un tiempo de austeridad y penitencia, la Pascua con el gozo y la alegría o el Adviento con la esperanza. Sin embargo y, atendiendo a las escrituras y los valores de esta confesión, las citadas actitudes no son exclusivas de un modo “estanco” con cada uno de los tiempos.
¿Qué valor tiene la Cuaresma para los cristianos?
El tiempo de la Cuaresma es un modo de renovar los “propósitos” que representan la fe en Cristo y entender el estilo de vida de la cristiandad. Para los cristianos es una invitación a encontrarse con Dios, a prescindir de lo accesorio y buscar lo esencial. Solo en ese encuentro alejado de las distracciones se entiende que el creyente puede alcanzar a comprender lo que debe redirigir en su vida y como para acercarse más a la fe cristiana.
¿Qué valor simbólico tiene la ceniza?
La ceniza que se impone el Miércoles de Ceniza se elabora con la quema de los ramos de olivo bendecidos en el Domingo de Ramos del año anterior. La ceniza es el producto del fuego ante un combustible, simboliza la fugacidad de la vida y la irrelevancia que tiene todo lo que en ella se enmarca frente a lo realmente importante en la vida cristiana: Dios. Con la imposición de la ceniza se busca que la mirada del creyente se centre única y exclusivamente en él.