El eco de 120 años resuena en la procesión extraordinaria de El Prendimiento

La Hermandad de El Prendimiento celebra más de un siglo de historia con una procesión que ha recorrido las calles conquenses, uniendo devoción, recuerdos y música en una jornada inolvidable

Momento del inicio de la procesión, desde San Esteban. FOTOS: C.M.

Las campanas de San Esteban han repicado este sábado con un significado especial. La Venerable Hermandad de El Prendimiento de Jesús (Beso de Judas) ha celebrado 120 años de historia, devoción y tradición con una procesión magna que ha recorrido las calles de la ciudad. No ha sido una procesión cualquiera, sino la conmemoración de un siglo y dos décadas en los que la hermandad ha sobrevivido a la historia, al tiempo y a las adversidades, con la firme voluntad de que su legado no se pierda.

El inicio de la procesión, previsto para las diez, se ha retrasado debido a la débil lluvia que caía incesantemente en la capital conquense a esa hora. Los banceros de las cuatro hermandades esperaban en el interior a que las precipitaciones dieran una tregua para poder salir. José Luis Sánchez, miembro de la Hermandad de El Prendimiento, confesaba los nervios que todos sentían para que todo saliera bien. «Llevamos más de un año preparándolo todo», comentaba. Al igual que la mayoría de los banceros, José Luis explicaba la emoción que sentía al tratarse de una tradición familiar: «Toda mi familia está presente en la celebración, incluidos mis hijos, mi mujer, cuñados y primos. También mis padres, que, aunque ya no están presentes, los llevo siempre en el recuerdo.»

La incertidumbre sobre la salida de la procesión se ha disipado pasadas las diez y media, cuando las puertas de San Esteban se han abierto ante la atenta mirada de los centenares de personas que aguardaban en el exterior, muchos de ellos resguardados bajo paraguas. Los primeros en salir han sido los guiones de todas las hermandades de la Procesión del Silencio, seguidos de las participantes, siendo el guion del Prendimiento el que cerraba la comitiva.

La joven Violeta Martínez ha vivido con emoción su participación en la procesión extraordinaria de su hermandad, un momento que ha calificado como «especial e importante». Hasta entonces, siempre había desfilado en Semana Santa como nazarena, por lo que este nuevo papel ha representado para ella una experiencia única. Con 17 años, no ha estado sola en este recorrido, ya que sus padres han llevado el paso del Beso de Judas, haciendo de esta ocasión un acontecimiento aún más significativo para ella.

Junto al guion de su hermandad, se encontraba también Luis Miguel Jiménez, nuevo director de Cáritas y hermano mayor de turno de la Santa Cena, un cargo que asumía con profunda ilusión. Con la mirada puesta en los días venideros, expresaba su entusiasmo por lo que aún estaba por llegar. «Aún quedan por delante los momentos más intensos: la Cuaresma, la Semana Santa y la Pascua. A pesar de lo efímero del tiempo, lo estoy viviendo con alegría y emoción», confesaba, dejando entrever en sus palabras la emoción de quien sabe que está protagonizando un capítulo inolvidable.

Tras el paso solemne de los guiones, emergió el Beso de Judas, envuelto en la música vibrante de la Banda de Música María Santísima de la Victoria ‘Las Cigarreras’ de Sevilla. A su paso, el murmullo del silencio se quebró, y las figuras de Jesús Orando en el Huerto y Jesús ante el Pretorio desfilaron con gran dignidad y emoción. Finalmente, la salida de los pasos alcanzó su momento culminante con la imponente figura de la Negación, que cerró este momento de devoción, seguida por los acordes majestuosos de la Asociación Musical ‘La Concepción’ de Horcajo de Santiago (Cuenca), que añadieron su música a la solemnidad del momento.

Llegada de la procesión a la Puerta de Valencia. FOTOS: C.Moral

Poco después de las once de la mañana, la cabecera de la procesión llegaba a la Puerta de Valencia, donde una multitud de fieles contemplaba el desfile con devoción, mientras el repique de las campanas del Convento de las Concepcionistas resonaba en el aire, marcando el pulso de la solemnidad del momento. Del mismo modo, han resonado las restauradas campanas de El Salvador al llegar el Beso de Judas. La Banda de Música María Santísima de la Victoria ‘Las Cigarreras’ de Sevilla interpretaba magistralmente la marcha procesional ‘Jerusalén’ al paso del Prendimiento por la calle del Peso, envolviendo el ambiente en una atmósfera de profunda emoción. No ha sido el único, ya que a lo largo de todo el recorrido se han sucedido momentos memorables, marcados tanto por la intensidad emocional de los propios banceros y los fieles, como por la gran carga emocional que la música imprimía a cada instante. La Banda de Música de Sevilla ha destacado por su brillantez en cada una de sus interpretaciones, elevando la solemnidad del desfile con la maestría y la emoción que impregnaban cada nota. Uno de los instantes de mayor emoción se ha producido cuando algunos de los músicos de la banda han solicitado portar el Beso de Judas junto a los propios banceros de la hermandad. La Asociación Musical ‘La Concepción’ de Horcajo de Santiago también ha estado a la altura de una efeméride tan significativa, ofreciendo grandes interpretaciones musicales que han añadido profundidad a la ocasión.

Uno de los músicos de la Banda de Música de Sevilla. FOTO: C.Moral

Cabe resaltar que a la conmemoración se han unido la V.H. de la Santa Cena, la V.H. de Jesús Orando en el Huerto de San Esteban, la Muy Ilustre Venerable y Antigua Hermandad del Santísimo Cristo de la Salud (El Descendimiento), la Muy Ilustre y Venerable Hermandad de la Negación de San Pedro y la Real Ilustre y Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Amargura y San Juan Apóstol, entre otras. Algunas de ellas, como El Descendimiento, han estado ligadas a la historia del Prendimiento, pues han cedido banceros cuando la cofradía no contaba con suficientes para portar sus misterios.

El escultor Javier Barrios se ha reencontrado este sábado con una de sus creaciones. Al ver nuevamente su imagen desfilando por la ciudad, ha expresado que le gusta incluso más que antes. A pesar del tiempo transcurrido, ha señalado que la pieza se mantiene exactamente igual que cuando partió, pero la emoción de volver a contemplarla le ha hecho apreciarla de una manera especial. El escultor ha reconocido que, aunque la ciudad y sus tradiciones han evolucionado con el paso del tiempo, su principal sentimiento en este reencuentro ha sido la felicidad.

El escultor Javier Barrios junto a su escultura. FOTO: Lucía Álvaro

Los vecinos también han estado llamados a participar. De hecho, muchos de ellos han engalanado los balcones con reposteros y otros muchos se han unido al cortejo con ropa oscura para acompañar a las sagradas imágenes en un recorrido que ha trascendido lo religioso y se ha convertido en un testimonio vivo de la historia de la ciudad. Algunos de los lugares que han congregado a un mayor número de fieles fueron los alrededores de las iglesias del Salvador y San Andrés, la salida de la calle del Peso y la bajada hacia Palafox. Asimismo, el puente de la Trinidad y la calle Carretería también estuvieron abarrotados, siendo testigos de la devoción y la emoción que impregnaban cada rincón del recorrido.

Los guiones y los hermanos mayores de las hermandades han formado un pasillo de recogimiento para recibir a los distintos pasos a su llegada a San Esteban, creando un ambiente de gran reverencia.

Para quienes no han podido asistir en persona, la procesión se ha podido seguir en directo a través de distintos medios y redes sociales. Además, como broche de oro, a las 20 horas de este sábado, la Banda de Música María Santísima de la Victoria ofrecerá un concierto titulado ‘Escuchando el Silencio’ en el Teatro Auditorio José Luis Perales, cuyas localidades ya se han agotado.

El Prendimiento ha celebrado 120 años, pero su historia sigue escribiéndose con cada paso que ha resonado en las calles, con cada nota que ha vibrado en el aire y con cada hermano que ha portado el peso de la tradición en sus hombros. Un legado que perdurará más allá del tiempo.



120 años de historia y devoción en el Beso de Judas – Voces de Cuenca

(Habrá ampliación)