“Si no hubiera sido por los militares, la recuperación no sería posible”. El Ministerio de Defensa señala que, con estas palabras, los vecinos de Mira han mostrado su reconocimiento al trabajo que han realizado estos profesionales tras la DANA y así se lo han trasladado a Margarita Robles, quien este lunes se ha desplazado a esta localidad conquense para conocer los efectos de la riada y las tareas de reconstrucción llevadas a cabo por las Fuerzas Armadas.
Los militares que actuaron en esta localidad permitieron realizar rescates y salvar vidas porque “aquella tarde fue angustiosa, como si fuera el fin del mundo”, han relatado los vecinos a Margarita Robles, que ha elogiado el trabajo de los soldados, una vez más incidiendo en “la profesionalidad y la empatía que demuestran siempre”.
En Mira se han retirado escombros, ha habido apoyo a la población civil y se ha construido una pasarela para poder conectar las dos partes del pueblo. Un pueblo que se ha volcado también con los militares, a los que no han dejado de mostrar su cariño durante la visita.
“Saben que pueden contar con las Fuerzas Armadas en cualquier momento y para lo que necesiten en todo lo que queda por delante”, ha dicho la ministra, que ha ensalzado el poder de las personas para salir adelante.
Margarita Robles se ha sumado a las palabras de agradecimiento de los propios vecinos, también, a los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que han indicado que “llevan a Mira en el corazón”.
En una primera fase, iniciada el 30 de octubre, horas después de la devastadora riada, 55 militares de la UME se encargaron de la sectorización de la población, previa a la evacuación y rescate de un total de 40 personas. Asimismo, se ocuparon de achicar sótanos y bajos de viviendas y de retirar los escombros que obstaculizaban sus accesos.
Las labores de la segunda fase, iniciada a petición de la alcaldesa a principios de enero, se han centrado en el río Ojos de Moya que, a su paso por Mira, contaba con una pasarela provisional que había quedado inutilizada por las crecidas del agua.
A la instalación de una nueva pasarela se ha sumado la retirada de los escombros acumulados en ambas orillas y en las parcelas aledañas, intervenciones que han contribuido a la movilidad de los vecinos para que progresivamente puedan volver a la vida normal.