Del ordeño al vareo mecanizado: cómo se coge aceituna en las tierras de Cuenca

Cómo se recoge, cómo han evolucionado los métodos y que supone a nivel familiar la recogida de la aceituna en la provincia de Cuenca.

De noviembre a enero es época de recogida de la aceituna en la provincia de Cuenca. Berta Gómez es propietaria de 1.500 olivas «nada más», ha enfatizado. Y nada menos, porque para una familia media conquense este cultivo conlleva muchos gastos de mantenimiento, entre otros, el abono líquido para la fertilización, además de las largas jornadas de trabajo en el campo para labrar, recoger el fruto, y lo que comúnmente se llama quitar «hijotes» o podar.

«No se puede vivir solo del olivar, pero es una ayuda», ha expresado la agricultora valverdeña. Según relata, antiguamente las familias podían dedicarse a esto en exclusiva aunque tuvieran menos hectáreas, pero ahora los precios no se ajustan tanto al proceso productivo y solo es rentable si se tienen muchos ejemplares.

¿Ordeño, sacudido o vareo?

El método de la recogida de aceituna ha ido cambiando a lo largo de los años. «Cuando iba con mi padre a recoger aceituna poníamos una sábana vieja, una cortina o una manta debajo de la oliva y había que ordeñar las olivas», ha recordado. El ordeño era el método más tradicional y usado para la recolección de la aceituna en el caso de disponer de pocos olivos, apropiado para la recogida de las aceitunas de mesa.

«Pero no se podía dar palos a las ramas porque, según decían las personas mayores con experiencia, se secaba el árbol», ha matizado. Esto hace alusión al sacudido, un método que consiste en sacudir las ramas del árbol para hacer caer las aceitunas al suelo.

Años después se empezaron a introducir las varas para incrementar el rendimiento, junto con los telones, que son unas mallas más grandes situadas debajo de la oliva que evitan que haya que recoger las aceitunas del suelo. «Con las varas y las máquinas cunde mucho y se adelanta más el trabajo», ha explicado. Así, el vareo se ha instaurado como uno de los métodos más populares debido a su alta productividad. Los vareadores mecánicos o eléctricos son tan eficaces que hacen que se reduzca considerablemente el tiempo de recogida de la aceituna bajando incluso de los tres meses de duración.

También hay una técnica más moderna en algunos negocios familiares del olivar que se practica gracias a los tractores con paraguas, pero ha aclarado que este método requiere que la oliva esté muy preparada (con solo un pie plantado en la tierra) para que el paraguas se pueda cerrar y caiga la aceituna fácilmente. «Nosotros tenemos suficiente con las máquinas porque algunas olivas son muy viejas, centenarias, y no se pueden quitar los pies», ha precisado.

Precisamente, la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE) del año 2024 que se realiza entre mayo y septiembre refleja que el olivar aumenta en todas sus categorías, sobre todo, en la destinada a mesa y doble aptitud (tanto para mesa como para aceite). En Castilla-La Mancha la distribución en hectáreas es la siguiente:

-Aceituna de mesa: 748 (secano) 260 (regadío invernadero) 1.008 (total)
-Aceituna de almazara: 379.295 (secano) 80.066 (regadío invernadero) 459.362 (total)
-Olivar: 380.043 (secano) 80.327 (regadío invernadero) 460.370 (total)

En la provincia de Cuenca la producción ha aumentado un 30%. Y aunque la recogida de la aceituna es una actividad que se inicia a partir de otoño, su recolecta dependerá de la zona y para qué vaya a utilizarse.