Tino Muñoz es el presidente de la Asociación de Vecinos La Paz, que, aunque muchos no lo sepan, engloba muchas más calles que las que forman el grupo del mismo nombre. Con la tan esperada obra de acondicionamiento ya muy avanzada, Muñoz nos habla de las principales necesidades de un barrio que es amplio y con distintas realidades según las calles de que hablemos. También se felicita de que por fin sean escuchados y respaldados por el Ayuntamiento tras años en los que se sentían olvidados y marginados.
– ¿Qué barriadas abarca la asociación de vecinos de La Paz?
Nuestro ámbito es básicamente desde la calle Eras del Tío Cañamón, el Grupo La Paz, más o menos la mitad del Camino de Cañete, la zona de la plaza del Romero, Jorge Torner y por arriba lo que rodea a la iglesia hasta el cerro de los depósitos, el límite es el parque Periodista Ricardo Ortega. Tenemos algún socio fuera de estos límites pero son muy escasos.
– ¿La gente del barrio está involucrada en la asociación, es participativa?
Cuesta involucrar a los vecinos, porque el primer tabú que ha habido que romper es el de las calles. En tiempos la asociación era el Grupo La Paz y se acabó, el resto de las calles iban por otro lado. Afortunadamente ahora eso es algo que se está superando, ahora sí te llaman vecinos para contarte qué pasa en Jorge Torner o en Camino de Cañete, por ejemplo. Ha costado pero es algo que ya ocurre, la gente participa en las fiestas del barrio o en las actividades que hagamos. A nivel organizativo ya cuesta más, en la junta directiva estamos seis y van entrando y saliendo por distintos motivos.
– ¿Cuántos años lleva funcionando la asociación?
Diez años, hubo otra anterior que funcionó sobre veinte años, dicen que muy bien, pero yo no vivía en el barrio entonces. Luego hubo unos años que dejó de funcionar y la volvimos a activar nosotros fundamentalmente reivindicando la obra en el barrio.
– Supongo que las problemáticas de las distintas zonas en las actúa la asociación son distintas, por los barrios son distintos.
Sí, cada uno tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, en el Camino de Cañete siempre hemos reclamado que falta luz o que debería haber más badenes, porque hay mucho tráfico y exceso de velocidad, sobre todo por la noche. Lo que pasa es que nos dicen que sí pero no se ponen esos badenes.
– ¿Cuáles son las necesidades de su ámbito de actuación?
Camino de Cañete es lo que le decía de iluminación y badenes. Parques sólo tenemos uno, el Ricardo Ortega, y está destrozado, es una zona que sí que es verdad que se limpia a menudo, pero hay algo que me preocupa, y es que hay unas barras de hierro que o se las han llevado o se han caído y los niños, sobre todo los más pequeños se pueden hacer daño.
– Me hablaba antes de la obra del Grupo La Paz, que la verdad es que ha costado mucho que se pusiera en marcha y que por fin ya está en marcha. ¿Cómo van las obras ahí?
Ahora mismo estaremos ya al 60%, ya está todo levantado y todo en cemento con un 30% en adoquín. Ahora falta terminar el adoquín y los famosos remates. La famosa escalera creo que ya está terminada, y las otras dos se habló de que se iban a sustituir las piezas que estaban mal. Pero bueno, la obra avanza muy bien y damos por hecho que se va a hacer todo.
“En el Camino de Cañete siempre hemos reclamado que falta luz o que debería haber más badenes, porque hay mucho tráfico y exceso de velocidad”
– Esa fue una obra que hubo que licitar cinco veces. ¿En algún momento pensaron que la obra no se podría hacer?
En la campaña electoral de 2019 Darío vino a hablar con nosotros y se veía una clara intención de hacer la obra si ganaba las elecciones. Las ganó y en un mes estábamos hablando con él, eso fue un gran paso para nosotros. Y además con la intención de que, como el POS de 2019 estaba sin gastar, se iba a destinar un dinero para el alcantarillado. Sí que es cierto que luego hubo momentos de inquietud porque se licitaba la obra pero no se podía adjudicar. Pasamos de una primera licitación de más de 700.000 euros hasta 1.400.000 euros de la última licitación, que ya se adjudicó y fue un momento de satisfacción, claro. También te reconozco que, incluso con la obra adjudicada, había muchos vecinos que no se lo terminaban de creer hasta que no vieron las máquinas trabajando.
– La construcción del nuevo colegio me imagino que también ha sido un impulso para el barrio y una alegría por la afluencia de niños.
En el barrio ahora hay bastantes niños. Yo tengo una niña de 2 años y en su clase van 16 niños. Hemos tenido también 32 niños con tres años, que del barrio serán unos 25. Así que estamos mejor que antes. Cuando yo llegué al barrio no había niños apenas y ahora puedo decir que sólo en el grupo hay unos treinta niños y muchos en otras zonas de la asociación. El nuevo colegio está muy bien, donde estaba el viejo se hundió y en una mitad se hizo una instalación deportiva que está muy bien. El colegio ahora mismo está genial. En el trozo que queda el Ayuntamiento ha dicho que se va a crear el centro de asociaciones.
– En alguna ocasión les he oído decir que necesitan un local para poder reunirse y hacer actividades.
Cuando el colegio lo dejaron vacío nosotros pedimos el gimnasio, pero desde Educación nos contestaron que estaba en ruinas, preguntamos que por qué los niños del barrio estaban entrando al gimnasio si estaba en ruinas e inmediatamente dejó de estarlo. Sí que se ha ido moviendo, pero nos encontrábamos con el problema de que el colegio era de Educación. Ahora, como ya el Ayuntamiento se ha hecho cargo del edificio que queda, sí que parece que es inminente que nosotros vamos a disponer del gimnasio con todas las asociaciones. Ya ha salido la ordenanza y falta la adjudicación. Lo que hemos pedido es el gimnasio compartido y un aula para poder hacer actividades que ya ha habido gente que nos ha preguntado. Por ejemplo, llevamos dos años celebrando Halloween en el gimnasio y no tiene nada que ver con lo que hacíamos antes, que era en la calle.
– Eso daría un salto cuantitativo y cualitativo a la hora de poder hacer más cosas como asociación.
Por supuesto, porque hasta ahora todo lo hemos hecho en la calle.
– ¿Qué actividades organiza ahora la asociación?
Ahora mismo sólo organizamos Halloween, en mayo las hogueras del 2 de mayo, que yo creo que somos los únicos que quedamos ya, y el primer fin de semana de agosto las fiestas del barrio. Esas son las tres actividades que tenemos, porque al no tener un local es difícil hacer más cosas.
– Hay barrios de Cuenca que tienen un sentimiento de barrio muy acusado. ¿Eso ocurre también en La Paz?
Hace 20 años cada calle era independiente de la otra. El Grupo La Paz iba por un lado, el Camino de Cañete por otro, Jorge Torner por otro, etc… Ese es el gran problema, sobre todo para la gente mayor. A mí me han dado caña por bajar la fiesta a la plaza de Romero, pero yo considero que teniendo esa plaza no podemos hacer las fiestas donde se hacían antes habiendo una plaza hermosísima. La gente mayor sigue un poco recelosa con estas cosas, de 50 para abajo no hay problema, pero de 50 para arriba algo sí queda todavía, aunque es algo que, afortunadamente, se está venciendo.
– Lo que es el Grupo La Paz hubo un momento, hace tiempo, que tuvo problemas sociales y no era muy bien visto por otros ciudadanos de Cuenca. ¿Eso es algo que usted ha sentido o ya no es así?
Yo puedo hablar de los últimos 15 años, que son los que yo vivo en el barrio. Antes de que yo llegara era un barrio con familias muy numerosas, hubo un problema, como en otros barrios, con la droga y explosionó, por eso hay un recuerdo de que era un barrio conflictivo. Eso es lo que yo tengo entendido. A día de hoy los pisos están sobrevalorados, se están pagando burradas para lo que son, pero la realidad es que sale uno y se vende en un mes. Ahora mismo no es un barrio barato, cada vivienda dentro de lo que es, claro, porque hay distintas tipologías en el barrio. Otra cosa que me gustaría decir es que antes éramos un barrio olvidado y hemos mejorado mucho desde que Darío es alcalde.
“Antes éramos un barrio olvidado y hemos mejorado mucho desde que Darío Dolz es alcalde”
– ¿Hay problemas estructurales en el Grupo?
Ninguno, teníamos problemas en los trasteros porque las alcantarillas iban pegadas a las paredes de los bloques y cuando llovía mucho el agua se iba a las casas. Creo que con la obra que está haciendo el Ayuntamiento todo eso va a desaparecer.
– ¿Se sienten escuchados y que se hacen las cosas en la dirección en que ustedes piden?
Yo puedo hablar desde que estoy en la directiva de la asociación. De cuando Juan Ávila era alcalde poco puedo decir, Mariscal nos despreció, nos dio buenas palabras pero no hizo nada, y con Darío hemos mejorado muchísimo, nos sentimos respaldados y la prueba está en que se han acometido las obras que tanto hemos pedido.
– ¿Tienen problemas de accesibilidad?
A la zona de la iglesia se puede acceder fácilmente por detrás, porque por las escaleras del Camino de Cañete es imposible, aunque se han arreglado. Se quitaron los tres pinos que había que eran un problema por las raíces y por las hojas para iglesia. Sí que se están haciendo cosas para facilitar la accesibilidad y se ha hecho una rampa de acceso para un vecino con una gran discapacidad gracias a la implicación de los concejales Alberto Castellano y Adrián Martínez, a quienes doy las gracias.
– La iglesia también ha sido un catalizador del barrio y un centro importante dentro de la vida del barrio.
Sí, ahora mismo el párroco es Alberto y nosotros siempre que lo hemos necesitado hemos tenido su colaboración, ha participado en lo que le hemos pedido. La iglesia siempre ha colaborado con el barrio sintiéndose parte activa de él.
– ¿Una vez que se haya terminado la obra qué otras reivindicaciones van a plantear?
Ahora mismo lo principal para nosotros es tener un local, tener un sitio para poder organizar actividades y reunirnos, siempre dando las gracias a la colaboración que hemos tenido hasta ahora de la parroquia. También que nos arreglen el parque Periodista Ricardo Ortega y que nos terminen la plaza del Romero, que está media arreglada y media no, que está pendiente de que termine la obra de la escalera y esperamos que se arregle cuando termine la obra de arriba. Otro problema que tenemos es que la puerta del colegio es un cagadero y un meadero de perros, para mí eso es un gran problema y es antihigiénico, sales de la puerta del colegio, te vas a la valla de enfrente y hay veces que hay un contenedor de excrementos de perro. Esperemos que pongan papeleras ahora y que esa gente que deja esos excrementos las usen, que esa es otra.