El Banco de Alimentos de Cuenca ha realizado un llamamiento antes las dificultades que esá encoentran para atender las ecesiddes báscias de sus usuarios tras la pérdida de la comida procedente del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) y el descenso de las donaciones particuares tras el COVID. La situación se complica porque, además, la demanda ha aumentado cerca de un 20%.
Su perfil oficial en redes sociales ha sido el canal utilizado para dar a conocer las dificultades que atraviesan para seguir cumpliendo usu labor. Antonio Villaseñor, presidente, señala que actualmente el Banco de Alimentos «nos las vemos mal para poder atender la demanda que tenemos. Con la ayuda de emergencia atendemos a unas 25 o 30 familias diarias que ya suponen casi 3.000 personas. Si no tenemos comida y ayuda, pues…Mercadona nos ha donado casi 7.000 kilos de comida. Es una ayuda buena. Pero las recogidas de alimentos antes se hacía física en los supermercados con los voluntarios y ahora con el invento ese de que se puede hacer online, los supermercados en las cajas…pues ya no es lo mismo porque coger 80.000 mil kilos de comida o coger 15.000 ó 20.000 kilos, pues no es lo mismo».
Una de las principales fuentes de recursos de los Bancos de Alimentos ha sido el FEGA, abastecido con los excedentes agrícolas de la Unión Europea. «En el 2024 ya no hubo nada y ahora resulta que, parece ser, según el Boletín Oficial del Estado que en 2025 pasa directamente a las comunidades autónomas que tendrán que decidir cómo quieren que sea en cada comunidad. Asignarán un cupo supongo a cada comunidad. A los Bancos de Alimentos no sé si es que no nos quieren. No lo sé pero esto funcionaba bien y lo de las tarjetas monedero está dando muchísimas quejas». En este sentido, señala en relación a este nuevo sistema que «con las tarjetas monedero si eres mayor y no tienes hijos menores, no tienes derecho,;si tienes una pensión, aunque sea pequeña, no tienes derecho; en fin, un desastre. Aquí viene gente que tiene la tarjeta y dice que en la tarjeta no entra. La gente está viniendo y la situación es caótica».
El resonsable del Banco de Alimentos de Cuenca destaca que «hay que tener en cuenta que la clase media prácticamente ha desaparecido, que era la que mantenía todo. La demanda ha aumentado por un 20% por lo menos porque aquí está viniendo todo el mundo. Ahora toca Venezuela…Y los españoles, los españoles que se están quedando en el paro, con trabajos de cuatro horas y luego a la calle. Nosotros teníamos 47 asociaciones y esas 47 asociaciones llegaban casi a 4.800 personas. Con lo que venía del FEGA pues a cada uno le correspondía una parte. Ahora ha desaparecido».
La consecuencia para Villaseñor es el deterioro de las condiciones vitales y de trabajo «Estamos haciendo una economía sumergida de dinero negro porque se están aprovechando muchísima gente: dos horitas para limpiar un piso, ahora en el verano; tengo una caseja de campo en el pueblo… y se aprovechan de ellos porque no se da de alta ni nada de nada. Las personas que vienen se están metiendo en un piso de tres habitaciones tres familias distintas».
