La peña matea T’Ayudo cumple este año su 30 aniversario, y será el último que celebre. Una de las peñas más míticas de las fiestas de San Mateo dice adiós ya que su presidente, José Israel Alonso, también se despide del mando de la directiva. Desde el 1994 que fue fundada por un grupo de amigos, han sido numerosos los peñistas que han pasado por ella y han podido disfrutar de diversas actividades.
Alonso ha estado al mando de la T’Ayudo durante 11 años, la que ha sido «su forma vida», pero deja el mandato porque «el cuerpo va perdiendo motivación y ya no es como los primeros años, cuando todo lo hacías con una ilusión grandísima». Una organización, dice, en la que se incrementa «el esfuerzo y el sacrificio que tiene que hacer una persona» según van pasando los años y según aumenta el número de peñistas. Dentro de la directiva, señala Alonso, hay gente que quiere mantener la peña, aunque el fin de su liderazgo provoca que este nombre no continúe.
El final de una era de la que no se van sin organizar una gran fiesta este último San Mateo. Para el viernes 20 van a celebrar el Zorra Fest, un festival de música con temática eurovisiva en homenaje a la canción que ha representado a España este año. Además, el sábado 21 disfrutarán de la ‘Nochevieja Matea’, con una especie de cotillón para despedir la peña con champán, confeti, DJ’s y unas falsas campanadas con 12 gominolas.
«La peña de los taiwaneses»
El nombre de esta peña surge de una expresión que decía un grupo de amigos, fundadores de la misma, del barrio del Chocolate que tenían la costumbre de decir «¿t’ayudo?» en vez de «¿te ayudo?». Sin embargo, lo que más caracterizaba a esta peña era que todos los años integraba a un grupo de taiwaneses que venían de intercambio con la Universidad de Castilla-La Mancha. «Se le conocía como la peña de los chinos o de los taiwaneses», afirma su presidente.
Cuando José Israel Alonso cogió los mandos de la cuadrilla a los 18 años, los taiwaneses estuvieron dos más hasta que llegaron al acuerdo de terminar con el programa de intercambio, ya que «al final venían desfasados de tiempo, con un plan especial porque no consumían alcohol, y era muy difícil organizarlo», asegura Alonso.
Algunas de las anécdotas más destacadas de esta pandilla durante 30 años han sido las diversas actividades que se han organizado para los peñistas, «como un Tu Cara Me Suena donde se disfrazaban de grupos, bingos con viajes para dos personas o dar todos los días de postre un helado de la Remo», cuenta su presidente, que asegura que siempre han intentado «ofrecer cosas que no tenían otras peñas, tener identidad propia».
«Aunque hubiera 500 personas, ha sido siempre una peña familiar»
Los integrantes de este grupo eran familiares y amigos, hasta que entró Alonso como presidente que se abrieron las listas para la entrada de más peñistas e incrementar la oferta con cenas y copas por las noches. «Un poco lo que viene siendo la evolución que ha tenido la fiesta de San Mateo en sí. Antes subía todo el mundo con sus botas, sus bocadillos de tres metros, sus sardinas saladas. Pero todo evoluciona al punto de que o das un servicio o no tienes a nadie. De ahí la competencia y la variedad de oferta que hay ahora de peñas, que prácticamente se han convertido en micro-festivales», manifiesta el presidente de la T’Ayudo.
Han pasado de tener 178 peñistas el primer año, a los 540 en 2019, que ha sido el tope máximo. «Con lo que te quedas es con todas las anécdotas y con tanta gente que conoces en estos años, que solo la ves durante las fiestas de San Mateo pero te van a acompañar durante toda la vida», asegura Alonso.
Sin embargo, lo más importante para el dirigente de esta peña ha sido el trato familiar que han tenido con todos. «Allí la gente no es número, es una persona que se le trata como si lo conocieras de toda la vida, y eso llama mucho la atención». Destaca que dentro de los inconvenientes que pueden surgir en la organización de una de estas peñas, siempre «se ha solucionado de una manera tan políticamente correcta, que nunca hemos tenido ningún problema que haya podido ir a más». Asimismo, resalta a su vez la colaboración que tienen con el servicio de limpieza, que los ayudan «una vez aparecen y son los que merecen todos los reconocimientos».
También, han sido fieles a su ubicación, el mirador de la Tabanqueta, que para su presidente es un rincón «especial», a pesar de que alguna vez les han propuesto cambiar y subir más arriba de la zona del Castillo. «La T’Ayudo nació allí y va a morir allí», concluye Alonso.