Este jueves y con motivo de la Solemnidad de Santiago Apóstol, el obispo de Cuenca José María Yanguas, celebró la Santa Misa con la familia del Hospital de Santiago de Cuenca capital. Tras la Eucaristía se realizó un homenaje-despedida a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, quienes abandonan Cuenca después 147 años, tal y como apunta el Obispado en nota de prensa.
Durante todos estos años «han servido, cuidado y educado con amor a los más necesitados, a enfermos, ancianos, niños y adolescentes». Desde el Obispado han «agradecido y reconocido toda su labor, entrega y dedicación, así como el inmenso bien que han hecho a Cuenca».
«Sin duda, Cuenca sufre con su marcha una gran pérdida, aunque nunca podrá borrarse su huella, ni dejar de recoger el amor y ejemplo que durante 147 han sembrado en miles de personas, desde niños a ancianos pasando por jóvenes o enfermos», sentencia el Obispado.
En 1877 las Hijas de la Caridad recalaron en el único hospital que había entonces en la provincia de Cuenca, el Hospital de Santiago. Allí se dedicaron a atender a los enfermos y a cuantos acudían buscando remedio a sus necesidades. La Comunidad Hospitalaria de las Hermanas de la Caridad estaban especializadas en administrar hospitales y realizar la enfermería de los mismos.
La atención sociosanitaria no fue el único cometido de las religiosas. Las hijas de San Vicente de Paúl ante el alfabetismo de la época, especialmente entre las mujeres, fueron pioneras y en 1899 crearon una escuela. Ésta se ubicó en los terrenos del hospital, en unos locales cedidos por la Orden Militar de Santiago, que era dueña de todo el complejo. Ante la afluencia tan grande de alumnos las monjas se vieron obligadas a incorporar maestras seglares que las ayudasen.
El colegio comenzó llamándose ‘Escuelas de San Vicente de Paúl’ y aún sigue abierto y en activo bajo el nombre de ‘Colegio de La Milagrosa’. Las hijas de la Caridad cedieron la titularidad del colegio a la Fundación Edelvives en el curso 2021/2022.
Las cuatro Hijas de la Caridad de Cuenca, en representación de todas las monjas que han pasado durante los últimos 147 años por el Hospital de Santiago y el colegio, recibieron el cariño y agradecimiento de todos los presentes quienes a su vez representaban a muchas personas, familiares, amigos… de las personas que han tenido el privilegio de estar con ellas.