Rosario Hernández es la nueva presidenta del sindicato CSIF en la provincia de Cuenca. Funcionaria de carrera de la Diputación de Cuenca, donde desempañaba su trabajo en la residencia Sagrado Corazón, Hernández aborda esta primera experiencia como sindicalista a tiempo completo con la intención y el objetivo de aumentar la presencia y la relevancia de su sindicato, que ya tiene un importantísimo peso específico en el sector público y que busca ampliarlo al privado.
– En primer lugar darle la enhorabuena por su elección como presidenta de CSIF Cuenca.
Muchas gracias.
– ¿Cuánto tiempo lleva ligada al sindicato?
Llevo ligada desde 2019, que fue cuando saqué la plaza como funcionaria de Diputación en el mes de julio, en el mes de noviembre había elecciones sindicales y desde el sindicato me propusieron formar parte de las listas. Viendo la problemática de los funcionarios me animé, dije que sí y salí elegida como delegada de personal de Diputación.
– ¿Y desde entonces ha continuado la labor sindicalista?
Sí, siempre ligada a Diputación pero sin estar liberada, compaginando mi trabajo con la labor sindical.
– ¿Y cómo surgió dar el salto a la presidencia de CSIF en la provincia de Cuenca?
Una vez que entras a formar parte de un sindicato empiezas a tener reuniones, congresos, etc… en los que te vas integrando en la organización y vas conociendo gente, y esto fue una propuesta de Lorenzo Domínguez, nuestro nuevo presidente regional, que me lo propuso porque Berta Ábalos agotaba su mandato al cumplir su segunda legislatura. Lo pensé y dije que sí porque yo siempre he defendido los derechos de mis compañeros y esta es una oportunidad de seguir haciéndolo en otra dimensión.
– ¿Le costó mucho trabajo decidirse?
Sí, me costó trabajo porque yo estaba muy a gusto en mi puesto de trabajo en la residencia Sagrado Corazón. Me gustaba lo que hacía, tenía unas compañeras estupendas y me costó dejarlo porque teníamos un buen equipo. Para mí la palabra compañero es muy importante, es en quien te apoyas y al que tienes al lado a diario.
– ¿CSIF es un sindicato exclusivamente de funcionarios?
No, también tenemos presencia en la empresa privada, y además es un sector que está creciendo mucho, lo que pasa es que en sus orígenes CSIF era un sindicato de funcionarios, pero luego se abrió a los trabajadores del sector privado.
– ¿El CSIF es un sindicato de derechas?
CSIF es un sindicatototalmente independiente y no tiene ninguna orientación política. Nosotros siempre vamos a defender los derechos de los trabajadores independientemente del partido que gobierne. Entendemos que es la única forma de defender a los trabajadores, es fundamental para una organización sindical no tener que pagar ningún peaje político.
– Pero lo que no sois es un sindicato de clase como otros.
No, eso no, tenemos un sindicalismo distinto, sobre todo independiente. Hay que respetar todas las opciones, pero desde nuestro punto de vista, el sindicalismo no tiene que tener ningún tipo de ideología ya que nuestra misión es defender a los trabajadores, mejorar sus condiciones laborales, abogar por la subida de las retribuciones y acabar con las desigualdades, y para ello es mejor no tener ninguna carga a las espaldas. El sindicalismo de clase cuenta con una carga ideológica que desde CSIF no compartimos.
“CSIF es un sindicato independiente y no tiene ninguna orientación política”
– ¿Cuáles son sus líneas maestras y su forma de ejercer el sindicalismo?
Nosotros somos un sindicato que siempre vamos a estar abiertos a la negociación, sin radicalismos ni frentismos, vamos a estar ahí siempre para lo que se nos proponga y siempre en beneficio del trabajador. Somos profesionales, transparentes y cercanos. Son precisamente nuestras señas de identidad lo que nos sitúa como la alternativa más ilusionante, estamos convencidos de que otra forma de hacer sindicalismo es posible.
– Hay mucha gente que percibe al sindicato como el enemigo de la empresa. ¿Es así en el caso de CSIF?
Es cierto que hay un tira y afloja, pero yo no diría que el sindicalista es enemigo de la empresa. Yo lo que no veo bien son las injusticias, o no dar la información completa para arañarle al trabajador alguno de sus derechos y lo que he intentado siempre es eso, que el trabajador no vea vulnerados sus derechos por la falta de información o porque la reciba a medias. Para eso están los sindicatos, para defender al trabajador.
– ¿Qué nivel de implantación tiene CSIF en Cuenca?
Estamos representados en todos los sectores de la Administración a nivel provincial, y de hecho, a nivel regional somos el primer sindicato de la Función Pública. Es cierto que todavía tenemos un camino por recorrer, para llegar a más rincones, para que nuestra voz se escuche en todos los ámbitos, y con el foco puesto en la empresa privada.
– ¿El grueso de los afiliados de CSIF sigue perteneciendo a las administraciones públicas?
Sí, aunque estamos trabajando mucho para tener cada vez más representación en la empresa. Es necesario modificar la Ley Orgánica de Libertad Sindical, que es anacrónica y beneficia a los sindicatos de clase, abogamos por bajar del diez al cinco por ciento la representatividad sindical en el sector privado, al igual que se hizo en ayuntamientos. Como ejemplo, nosotros somos líderes en Función Pública tanto a nivel nacional como regional, donde obtener un delegado puede costar más de un millar de votos y en una empresa privada pueden bastar cinco votos, y sin embargo a efectos de representatividad computan lo mismo. Hay que acabar con el bipartidismo sindical, que monopoliza el debate social y rompe la pluralidad.
– ¿En general la sindicación en la provincia de Cuenca la podemos considerar alta o baja?
Yo diría que más bien baja, no sé si es por la evolución de la sociedad, yo veo que la gente cada vez se implica menos en estos asuntos sindicales y parece que hay mucha gente que se deja llevar y no le da importancia a esto. Yo desde muy pequeña iba con mi padre a las manifestaciones del 1 de mayo y siempre he visto lo que han luchado los trabajadores por conseguir muchas mejoras que ahora, poco a poco, se van perdiendo.
– ¿Estamos en un momento en el que los trabajadores están perdiendo derechos más que ganando?
Sí, yo creo que sí. Tenemos el ejemplo perfecto en nuestra administración autonómica, donde llevamos más de diez años con derechos congelados. Los políticos argumentaron en su momento que era una necesidad por la crisis económica, pero ahora se han cronificado estos recortes.
– ¿Hay mucha diferencia entre la labor sindical que se ejerce en la función pública y en la empresa privada?
Son dos sectores completamente diferentes, la empresa privada es un sector muy delicado en el que la labor sindical puede afectar a la gente en cuanto a despidos, al temor por tener represalias, así que no se ejerce con la misma libertad que en la función pública.
– Ahí iba yo a parar, ¿quizá esa poca sindicación de la que me hablaba antes puede ser porque la gente todavía tiene cierto temor a significarse sindicalmente?
Sí, claramente yo creo que existe este problema, pero precisamente por lo que hemos hablado de alinearse ideológicamente, un sindicado no puede ser de derechas o de izquierdas, un sindicato únicamente se tiene que dedicar a defender a los trabajadores.
– Hábleme del día a día en el que está inmerso CSIF.
A nivel de Cuenca las elecciones sindicales las acabamos a finales del año pasado y las próximas que tenemos serán en 2025, así que tenemos unos años para seguir trabajando en ello. Y en cuanto a las reivindicaciones más importantes sería en la Administración pública eliminar todos los recortes que siguen existiendo de la época de Cospedal, recuperar las 35 horas laborales en la Administración General del Estado, eliminar la tasa de reposición que impide que se puedan ofertar más plazas públicas, luchar por un refuerzo de plantillas, porque ahora en unos años se van a jubilar alrededor del 60% de los funcionarios y con las tasas de reposición actuales no se pueden convocar ofertas de empleo público más amplias, y recuperar todo el poder adquisitivo perdido. Por supuesto trabajaremos por la igualdad, por la justicia social y por el futuro de Cuenca, para que crezca como provincia.
– ¿Cómo se trabaja sindicalmente en el ámbito de la administración, cómo se plantean las reivindicaciones?
Dentro de la Administración el personal funcionario se reúne en Junta de Personal y el personal laboral en comité de Empresa. En estos órganos estamos los sindicatos que hemos obtenido representación en las elecciones. Continuamente estamos aportando ya que la Administración Pública es gigantesca y hay un sinfín de situaciones y problemas que requieren solución.
– ¿Se reúnen con los políticos?
Exactamente, a nivel nacional son los sindicatos mayoritarios los que se reúnen en mesas de negoción, al igual que en las distintas comunidades autónomas. En la Administración local es diferente cada ayuntamiento tiene su propia mesa de negociación, por ejemplo, en el caso de Diputación es a través de la mesa de negociación donde tratamos todo lo referente a personal (acuerdo maco, bases convocatorias, catalogo trabajo…)
“Tampoco es cierto el mito de que los funcionarios somos unos privilegiados y nos cuesta mucho pelear con la administración para conseguir mejoras”
– ¿Usted cree que hay una percepción del resto de la población de que los empleados públicos son unos privilegiados?
Sí, pero es un mito que hay que desmontar porque hay categorías de empleados públicos con sueldos muy bajos: personal de limpieza, ordenanzas, auxiliares de enfermería, celadores, etc…, que además del poder adquisitivo que han perdido están realizando trabajos con plantillas muy reducidas y con personal con edades muy avanzadas. Sí que es verdad que hay trabajadores en empresas privadas que tienen unas condiciones muy malas, pero tampoco es cierto el mito de que los funcionarios somos unos privilegiados y nos cuesta mucho pelear con la administración para conseguir mejoras.
– Me gustaría que me hablara del futuro, de cuáles son sus objetivos.
Sobre todo, como he dicho antes, recuperarnos de los recortes, recuperar la carrera profesional en la sanidad pública y en otros sectores, recuperar el poder adquisitivo que teníamos en 2011, en educación intentar bajar las ratios actuales, que son muy altas, pelear subidas salariales, con planes plurianuales que incluyan cláusulas vinculadas al PIB y al IPC, reforzar servicios públicos, implantar la jornada de 35 horas tanto en la Administración General del Estado como en el sector privado, y en general mejorar las condiciones del conjunto de los trabajadores, comprometernos con nuestro papel como agente social, luchar por acabar con las desigualdades y proteger a los colectivos más vulnerables.
– ¿Y a nivel de organización qué objetivos tienen?
Sobre todo que el sindicato llegue a más gente, que nos conozcan cada vez más personas y que sepan que no sólo nos dedicamos a la función pública sino que también apostamos por el sindicalismo en la empresa privada.