La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), O.A., ha iniciado el verano con los embalses por encima del 51 % de su capacidad y con un déficit de precipitaciones que han obligado a implementar restricciones para el regadío en varios de los sistemas de explotación en los que se divide la Demarcación Hidrográfica del Júcar. Ante este escenario, el Organismo insiste, una vez más, en la necesidad de impulsar el ahorro y el consumo responsable del recurso como medidas efectivas para combatir la sequía.
La ausencia continuada de precipitaciones es la principal causante de la situación de sequía que se vive en gran parte de la Demarcación. Según los datos recopilados por el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), el presente año hidrológico es el tercero más seco de los últimos 33. Pese a que las lluvias registradas durante las últimas semanas han sido muy bien recibidas en el territorio, la precipitación media acumulada desde el 1 de octubre de 2023 (237 l/m2) se sitúa lejos de la media de la serie histórica (362 l/m2). “Afortunadamente hemos empezado el verano con precipitaciones de cierta importancia, pero el año hidrológico es tan malo que esas lluvias no se han traducido en un aumento de las reservas», ha comentado el presidente de la CHJ, Miguel Polo.
Mejores son los datos en cuanto al volumen de agua almacenada en la cuenca, donde las reservas se sitúan en torno a la mitad de su capacidad total con 1.462,32 hm³ embalsados. Se trata de una cifra que, si bien se sitúa por debajo de la media de los últimos 10 años (1.474 hm³), está por encima de los registros medios de los últimos 20 (1.395 hm³) y 30 años (1.230 hm³). Esto se debe, en gran parte, a la buena situación en la que se encuentra el sistema Júcar, el más grande de toda la Demarcación, con sus reservas por encima de la media de los últimos años.
El estado del resto de sistemas, sin embargo, es muy diferente. El volumen embalsado en el Turia, por ejemplo, es el más bajo de los últimos seis años y se sitúa por debajo de los valores medios de los últimos 10, 20 y 30 años. Además, sistemas como el Cenia-Maestrazgo o el Palancia continúan en “una situación crítica», y otros como la Marina Baja o el Mijares se encuentran muy lejos de los valores de normalidad.
El sistema Marina Baja, en emergencia por escasez
Hoy se ha publicado el Informe de seguimiento de la sequía y la escasez del mes de junio, y la principal novedad es que la Marina Baja entra en emergencia por escasez hídrica. Además, los mismos indicadores han empeorado en otros sistemas, como en el Vinalopó-Alacantí y Serpis, que pasan a situación de alerta por escasez hídrica. En el Alto Júcar y el Medio Júcar, que abarcan la mayor parte conquense de esta Cuenca Hidrográfica, la situación es de normalidad.
Respecto a la Marina Baja, Miguel Polo ha señalado que el abastecimiento urbano está “garantizado» gracias a la planta desalinizadora de Mutxamel y a las plantas desalinizadoras de la Mancomunidad de Canales del Taibilla.
De igual forma, el presidente del Organismo ha recordado que el abastecimiento urbano es una “prioridad» para la Confederación y que solo se contemplan restricciones en el regadío. “Somos conscientes de que existen problemas de abastecimiento en algunos municipios, pero se trata más bien de problemas estructurales, evidentemente agravados por la sequía. No obstante, en la mayor parte del territorio no habrá problemas, pero conviene ahorrar lo máximo posible».
Ahorro y consumo responsable
Con el objetivo de minimizar los problemas que pueda ocasionar la actual situación de sequía, la Confederación Hidrográfica del Júcar hace un llamamiento a la responsabilidad en el uso del agua, tanto a nivel domiciliario como a nivel municipal. Por eso, el Organismo insta a los municipios de más de 20.000 habitantes a poner en marcha las medidas contempladas en sus planes de emergencia ante situaciones de sequía, e invita a las localidades de menor población a impulsar medidas de ahorro similares.
En el ámbito urbano, se recomienda la reducción de usos no esenciales, como las fuentes ornamentales o el baldeo de calles, reduciendo al mínimo el riego de jardines y hacerlo de noche, limitar o prohibir el lavado de coches o el llenado de piscinas, reducir la presión en la red en horario nocturno para evitar las fugas, así como ponerse en contacto con grandes consumidores industriales u hoteleros para reducir en la medida de lo posible el consumo.
En el ámbito doméstico, la CHJ ha lanzado una campaña con el objetivo de reducir el consumo de la ciudadanía a 90 l/día, reduciendo el tiempo de ducha, cargando al máximo la lavadora o el lavavajillas, reparando pequeñas fugas y cerrando el grifo cuando no sea indispensable.