Jesús Marugán es paleontólogo, codirector del yacimiento de Las Hoyas y profesor de Paleontología en la Universidad Autónoma de Madrid. En esta entrevista, Jesús nos habla con detalle de la importancia del yacimiento conquense, que desde hace casi cuarenta años está aportando a la paleontología importantísimos vestigios que sirven para conocer cada vez el cretácico inferior, un momento de la historia de la evolución que, en palabras del propio Marugán, “supone un cambio radical evolutivo en los organismos que va a hacer que los ecosistemas no sólo cambien, sino que se configuren de la manera en la que van a llegar a nuestro tiempo”.
– Para quién no lo conozca, ¿qué es el yacimiento de Las Hoyas y dónde se encuentra?
Las Hoyas es un yacimiento paleontológico del Cretácico Inferior, de hace unos 125-130 millones de años y es un yacimiento que consideramos muy singular porque tiene una diversidad enorme de organismos, tanto de plantas como de animales, tan grande que dibuja un ecosistema, un humedal, de esa época. Es muy importante porque dentro de esa diversidad tiene una cantidad ingente de fósiles, varias decenas de miles que están guardados en la colección del Museo de Paleontología de Cuenca (MUPA). Algunos de esos fósiles encontrados en Las Hoyas son emblemáticos por lo que han contado a la ciencia sobre la historia de la vida en ese momento. Un ejemplo es un dinosaurio como el concavenator, pero también cangrejos, lagartos inusuales, salamandras, etc… Es muy conocido también por su vegetación, y en particular porque tiene registro de las angiospermas más antiguas que se conocen, es decir el primer paso que dan las plantas en inventar la flor. A grandes rasgos esto es lo que caracteriza el yacimiento de Las Hoyas, que está en la Serranía de Cuenca y más concretamente a La Cierva.
– ¿Desde cuándo se está trabajando en este yacimiento?
Es curioso, siempre pensamos que las primeras excavaciones son de principios de los ochenta e hicimos una celebración con motivo del treinta aniversario y desde entonces decimos que llevamos más de treinta años excavando, pero el tiempo ha pasado y vamos ya para las cuatro décadas y eso te habla de la experiencia acumulada en el estudio de este yacimiento.
– ¿Es uno de los yacimientos más importantes de España?
Sin la menor duda.
– ¿Dentro de la amalgama de restos cuáles son los que usted elegiría como los más importantes que ha aportado Las Hoyas a la paleontología?
Es difícil de decir, porque además yo tengo una visión del yacimiento más como ecosistema que como vitrina de los tesoros del yacimiento, pero sí que tengo mis preferidos por un lado y los que son muy importantes por otro. En cuanto a los importantes en un contexto científico son los dos dinosaurios, y en concreto el concavenator, no sólo por lo que significa como dinosaurio carnívoro sino porque tiene la singularidad de que está completo, incluso tiene la piel, lo que le hace único. También el mamífero Spinolestes es también otra de las grandes joyas del yacimiento por su singularidad en un sentido biológico, pero también por su espectacularidad en el sentido de la cantidad de información que tiene, se puede ver incluso la estructura del pelo y otras cosas muy significativas. También están los celacantos, alguno de los lagartos más pequeños que se conocen, las angiospermas, por supuesto, y luego hay singularidades muy importantes, como son los pterosaurios, de los que apareció un cráneo no muy bien preservado pero que a mí particularmente me parece un fósil súper importante, además de por la rareza de estos reptiles voladores concretamente por este reptil, que sólo se conocía en Brasil y luego en China, pero en Europa no se imaginaba la ciencia que pudiera haber este tipo de organismos, por eso el hallazgo fue una revolución, porque se unen las faunas de un cinturón alrededor del planeta. Hablamos de unos animales con una envergadura de unos tres metros, espectacular, con una cresta muy llamativa, un cráneo que casi parece una quilla, herbívoro probablemente, con unas singularidades que lo hacen súper importante.
“Las Hoyas tienen la particularidad de que los fósiles no son barro, son piedra y además son piedras que se llaman calizas litográficas, porque literalmente son como abrir un libro”
– ¿Se ha descubierto en Las Hoyas algún vestigio que no se conociera con anterioridad?
Animal casi todo, vegetal no, realmente es muy común lo que tiene en el contexto del cretácico inferior. En el mundo animal la gran mayoría era desconocido, aunque hay cosas que son comunes. Ahora estamos viendo que los peces, que pensamos que eran los mismos, son también especies singulares. Los dinosaurios son únicos, las aves son únicas, la gran mayoría de los animales son únicos.
– ¿Cómo se trabaja en un yacimiento de este tipo, cuál es la metodología y cómo se tratan luego los restos que se encuentran?
Ha evolucionado mucho la manera de trabajar, pero básicamente Las Hoyas tienen la particularidad de que los fósiles no son barro, son piedra y además son piedras que se llaman calizas litográficas, porque literalmente son como abrir un libro. Lo que ocurre es que no se abre al tuntún, no se abre en cualquier sitio sino que prospectando vamos viendo puntos que parecen más ricos en la acumulación de fósiles. Una cosa que sí que hacemos de forma particular en Las Hoyas es el trabajar capa a capa, al abrir el fósil hacerlo literalmente en el suelo habiendo superficies muy grandes donde encontramos la asociación de fósiles todos juntos, porque una de las cosas que nosotros queremos enfatizar mucho es que si el fósil se saca de donde estaba y no se sabe de dónde venía pierde el 80% de su importancia en el sentido de la cantidad de información que nos puede dar, porque lo importante es que cuando tú sepas de dónde viene lo puedes asociar al contexto donde vivía y dónde se produjo, qué condiciones ecológicas serían las que de alguna manera nos contarían con quién vivía, cómo era y cómo ha llegado hasta nosotros en forma de fósil. Por eso enfatizamos esa forma de trabajar capa a capa, que nos ralentiza en algunos momentos pero nos da una cantidad de información espectacular.
– ¿Cuándo excavan buscan algo en concreto o las cosas van apareciendo aleatoriamente?
Es imposible predecir lo que se va a encontrar, lo que pasa es que Las Hoyas es tan rico que se repite una barbaridad, nunca llega a ser aburrido poque cada fósil por mucho que se parezca al anterior siempre tiene alguna singularidad. No sólo no sabemos lo que vamos a encontrar sino que esperamos sorpresas, es parte de la motivación ver qué sale cada año.
– ¿Cómo eran los animales que vivían hace 130 millones de años, hay alguno que sea igual a los que viven en nuestro tiempo o la evolución los ha cambiado totalmente?
Nosotros solemos decir que el cretácico inferior es una época fascinante del planeta porque es un momento que se llama la revolución terrestre cretácica, y se llama así porque se está dando un cambio radical evolutivo en los organismos. De hecho, esa revolución es la que va a hacer que los ecosistemas no sólo cambien, sino que se configuren de la manera en la que van a llegar a nuestro tiempo. En ese contexto tienes, por ejemplo, a los dinosaurios que están perfeccionando la manera de volar, aunque esas especies ya no existen, los pájaros que tenemos ahora son formas que derivan de esas formas ancestrales pero que han cambiado una barbaridad. Hay muchas especies animales y plantas que se han extinguido, pero luego hay una serie de cosas como algunos insectos o algunos artrópodos, como los cangrejos de río, que los ves y son idénticos a los actuales. Otro ejemplo son los helechos, que se ve claramente que son helechos pero no tienen nada que ver con los actuales. Entonces se juega con todas esas similitudes y diferencias, con las formas extintas, con las transitorias desde el punto de vista de la evolución y con las que no han cambiado, que son las menos obviamente.
“Es una lástima que no haya excavación este año porque teníamos a toda la comunidad científica internacional queriendo venir y eso nos frustra, no le voy a engañar, pero son gajes del oficio y no pasa nada, el yacimiento va a continuar sin lugar a dudas”
– ¿Qué relación tienen con otros yacimientos similares a Las Hoyas? ¿Cómo está posicionado a nivel mundial?
Las Hoyas ahora mismo está ganando en importancia, siempre se ha sabido que era excepcional y muy potente, pero a día de hoy está en un top muy alto. Estamos trabajando con otros yacimientos constantemente. Ahora acabamos de estar en Lleida con nuestros colegas del ICP, pero una cosa es el intercambio de información con yacimientos coetáneos o cercanos a lo que es en sí Las Hoyas en cuanto a su importancia, porque es que no tiene igual.
– El año pasado nos comentó que estaban empezando a trabajar con inteligencia artificial y que eso podría ser un avance muy significativo dentro de los estudios paleontológicos. ¿Se ha avanzado en este sentido algo en este año?
Ese era el objetivo del campo de este año, pero no lo vamos a poder hacer y va a tener que esperar al año que viene, porque todo eso no se puede poner a prueba hasta que has ido al campo y tienes los datos. Digamos que los recursos humanos los tenemos muy perfeccionados, porque son fotografías con drones, con la manera de sacar los fósiles que le contaba antes, y la idea era hablar con los informáticos para empezar a trabajar con los algoritmos, pero ese experimento que estaba listo para este año se ha quedado en espera para el año que viene.
– Me dice que no va a haber excavación este año. ¿Por qué razón?
Básicamente se nos ha terminado la financiación que nos llegaba por el plan nacional y nos pillan ahora justamente en las evaluaciones del nuevo proyecto que toda la comunidad científica nacional está esperando a que salga lo antes posible, pero ya no da tiempo a organizar la excavación. Y por otro lado nos suelen llegar otros fondos de la Junta, y este año han tenido problemas y se ha retrasado. Creo que hay otros yacimientos como nosotros y no les han llegado los fondos a tiempo, con lo cual las excavaciones tan grandes no se pueden organizar con tan poco tiempo.
– ¿Peligra de alguna manera la continuidad del yacimiento?
No, de ninguna manera, en absoluto. Es sólo un retraso y ha coincidido que nuestro proyecto a nivel nacional se haya terminado con ese retraso de los fondos de la Junta del que hablaba, porque si no era de uno tirábamos del otro. Pero vamos a ir al campo, lo que pasa es que no iremos a excavar como tal, iremos a prospectar un poco, prepararlo todo, limpiar aquí y allá. Es una lástima que no haya excavación este año porque teníamos a toda la comunidad científica internacional queriendo venir y eso nos frustra, no le voy a engañar, pero son gajes del oficio y no pasa nada, el yacimiento va a continuar sin lugar a dudas.
– Para quien después de leer esta entrevista esté interesado en ver todos los hallazgos de Las Hoyas cómo puede hacerlo.
Le diría que dos muy concretas. Una es tener un poco de paciencia y esperar a que estemos en el campo, porque cuando estamos trabajando hacemos jornadas de puertas abiertas donde la gente puede ver cómo y dónde estamos trabajando, lo hemos hecho varios años y gusta mucho. Estamos en diálogo con la Junta de Comunidades para organizar más jornadas de este tipo, porque como no hay muchas plazas en cuanto se abre la convocatoria en cuestión de horas ya no cabe nadie más, tiene mucho tirón. Luego, por otro lado, yo recomendaría muchísimo a la gente que vaya al MUPA en Cuenca, que es una maravilla de museo donde está prácticamente todo nuestro material expuesto. Insisto en que la gente vaya al MUPA porque es una pasada de museo, la gente que trabaja allí conoce al público, saben trasladarle el conocimiento de primera mano y lo hacen de maravilla.