El Plan de Transporte Urbano aprobado inicialmente por el Ayuntamiento de Cuenca cuenta con la mejora de la accesibilidad como uno de sus principales objetivos. Con este finalidad, contempla una serie de medidas orientadas a que «el transporte público no debe dejar a nadie fuera pues es el medio que nos iguala a todos en capacidad de desplazamiento por la ciudad».
Así, tras las reuniones mantenidas con diferentes colectivos se han recopilado las principales demandas para ser tenidas en consideración. En este sentido, se contemplan rampas manuales en los autobuses. «Esta demanda viene marcada ya que, en la actualidad, las rampas son eléctricas y si existía fallo eléctrico, las rampas no podían desplegarse y suponía un agravio a las personas con silla de ruedas o movilidad reducida que no podían acceder al autobús de forma autónoma. En los autobuses eléctricos, se ha constatado la existencia de rampas eléctricas y manuales evitando así la posibilidad de error en el funcionamiento».
También considera necesario favorecer la identificación de las paradas. «Actualmente, las paradas de la ciudad se identifican con un número, que no las referencia al entorno en el que se encuentran, esto es un problema para las personas que necesitan una referencia adicional a la visual, para conocer la localización en la que se encuentran. Una vez identificadas las paradas, existen sistemas de geolocalización o de tarjetas vía radio que hacen que los smartphones de los usuarios emitan algún aviso sonoro, vibración o luminoso, aportándole la información de donde se encuentran, las próximas paradas o incluso el tiempo de espera».
Por último, el documento que será sometido a la consideración de la ciudadanía antes de su aprobación definitiva, incide en la necesidad de conseguir paradas accesibles. «En la actualidad, existen paradas que debido a su localización las convierten en inaccesibles. Por ejemplo, la Plaza Mayor, al no existir bordillo o una zona sobre elevada, dificulta el despliegue de la rampa, o por ejemplo paradas que se encuentran detrás de una fila de estacionamiento, impidiendo que el autobús se pueda acercar a la acera, generando un problema de accesibilidad. Es por ello que en la redistribución de líneas y de paradas (no más de 300 metros entre paradas) su localización sea óptima para la accesibilidad y, en caso de ser imposible, arbitrar los medios necesarios para su generación».
Por último, el Plan señala que la eficiencia energética y la movilidad sostenible «implica la implantación de vehículos eléctricos, econtrándose la empresa concesionaria ultimando trámites para la puesta en marcha de seis vehículos puramente eléctricos».