RuMA Project (Ruralismo y Modelos Avanzados) es uno de los proyectos que han surgido en la cuarta promoción de UFIL Cuenca. Esta idea, según su descripción, pretende poner en valor el antiguo camping del Pinar de Jábaga para crear un espacio de alojamiento y coworking, además de servir como escenario para actividades culturales.
Alba Sánchez-Fortún, una de sus cofundadoras, explica que la idea llevaba rondando a su equipo desde hace unos cuantos años, cuando gestionaban un espacio cultural mezclado con residencias artísticas cerca de la ciudad de Barcelona. «Un coworking sucio, le llamábamos. Era un taller compartido entre artistas, artesanos y gente que trabajaba en remoto».
Su idea es repetir la experiencia «pero a lo grande y en un entorno el máximo rural posible». Es decir, ofrecer alojamientos como si de un camping se tratase, pero priorizando a nómadas digitales, teletrabajadores, ecoturistas, entusiastas de la cultura y artistas, entre otros perfiles similares.
«También planteamos un espacio donde poder dar cabida a otras asociaciones, un espacio donde amparar otras actividades», explica Sánchez-Fortún. Con esto se refiere, por ejemplo, a presentaciones de libros, eventos locales, conciertos, presentaciones, obras de teatro, exposiciones artísticas en medio del bosque… «El objetivo es crear una dinamización cultural junto a otras entidades», resume la cofundadora de RuMA.
La diferencia con otros espacios de coworking sería, precisamente, hacerlo en un espacio abierto como es este camping. Crear un espacio con «oficinas no cerradas» en las que cabañas convivan con tiendas de campaña, caravanas o furgonetas camperizadas en espacios en los que trabajar y convivir. «Es interesante que, con el auge del nomadismo digital, estos viajeros puedan convivir con personas que están desarrollando allí sus actividades o que ofrecen eventos culturales».
En su página web lo describen que su deseo es «generar un impacto positivo diseñando espacios amables y acogedores, espacios que inspiren creatividad, fomentando la colaboración entre profesionales» en esos servicios de alojamiento y coworking. En definitiva, «un lugar donde puedas venir tanto a descansar como a trabajar, como a aprender».
Teniendo en cuenta la parcelación que se hizo del espacio, consideran que con diez trabajadores podrían dar servicio a todo el camping, entre programadores, mantenimiento, recepcionistas y otros recursos.
Y que, aunque haya espacio para aproximadamente unas 100 personas, la idea de RuMA es dar espacio a unas 50 personas. «Si hay un sábado un recital sí somos más, pero viviendo y usando ese coworking no», explica Alba.
Disponibilidad del espacio
Aún así, este proyecto aún está en el aire, ya que, tal y como aparece en la descripción del proyecto, depende de la cesión del espacio. Actualmente, el camping no está gestionado por el Ayuntamiento de Jábaga y los actuales gestores han cedido el espacio a otra asociación para sus actividades.
Pero en enero este camping se remunicipalizará y saldrá una licitación pública para una posible nueva gestión de este espacio. «Según tengo entendido, su idea es que siga siendo un camping, pero no conocemos las características de la licitación. Dicen que enero pero lo mismo se alarga, por ejemplo, hasta marzo», comenta Sáncez-Fortún.
Aunque la cofundadora de RuMA reconoce que este tiempo también les viene bien: «después de dos meses tan intensos teníamos ganas de un parón para poder descansar, reposar la idea y ver qué necesitamos, qué queremos y qué debemos planificar».
Además, durante este tiempo y, aprovechando que ya tienen el plan financiero hecho, quieren buscar la financiación necesaria para llevar a cabo el proyecto, utilizando inversión pública a través de ayudas, privada, y propia.