«Hay lugares en el Casco Antiguo que parecen hechos a medida para acoger cultura de calle»

Entrevista del domingo con Rafa Gascón, coordinador de Conka Street y artista de calle

Rafa Gascón es un cómico que se toma muy en serio la cultura. No sólo la disfruta sino que la vive. Hace diez años inició una apuesta por el artista de calle, la participación del público y la revitalización del Casco Antiguo con el nombre de Conka Street. Una década después, la propuesta se ha consolidado y cumple su décimo aniversario demostrando que la ciudad de Cuenca está abierta a iniciativas culturales diferentes y novedosas. El respaldo de los numerosos espectadores que asisten a los espectáculos así lo demuestra. Humor, emoción, innovación…son algunos de los términos asociados a Conka Street, el proyecto de un artista y gestor cultural que ha madurado y se ha asentado en el calendario cultural de esta ciudad.

-Conka Street cumple diez años. ¿Cómo nació esta iniciativa cultural? ¿Qué te motivó para ponerla en marcha?

Nació por una necesidad vital de extrapolar las experiencias que teníamos desde la Asociación El Canto del Gallo, en diferentes ferias, Festivales, encuentros donde habíamos participado. Por aquel entonces también habían surgido algunas iniciativas del entorno del clown, los payasos, el teatro de calle: El Cuen Clown Club, Asaltos. Nosotros llevábamos algunos años y comentando las experiencias que teníamos con Ángel Suárez él lo propuso dentro de la programación de la Asociación Amigos del Teatro de Cuenca, pero nos dimos cuenta que podría ser demasiados Festivales para esta Asociación: Titiricuenca, Bita, programación de primavera y de otoño… por lo que decidimos que fuera El Canto del Gallo quienes la dirigieran y tomaran las riendas como programadores y valedores del primer evento que se presentó como Encuentro Nacional de Artistas de Calle “Conka Street”. Encontramos cierto apoyo por la corporación municipal de aquel entonces y ahí seguimos.

-¿Qué balance se puede hacer después de este periodo de funcionamiento?

En líneas generales personalmente creo que es importante retomar el uso del espacio publico como espacio de distracción cultural, tenemos un Casco Antiguo difícil pero único y embaucador, que merecer ser habitado cotidianamente con alegría y diversión, con respeto y vivacidad. Creo que hay espacio, momento y población que merece atraer experiencias culturales como las que programamos en este tipo de Festivales. Me parece importarte acercar la risa y disfrute al espacio público. Por otro lado también creo que hemos conseguido que el público valore cada vez más y mejor a los artistas de calle, la generosidad y buen hacer que aportan con su trabajo, y la magnífica experiencia que puede suponer asistir a este tipo de espectáculos.

-¿Qué es lo más satisfactorio que recuerdas de este tiempo? ¿Alguna actuación en concreto, la respuesta del público,…?

Como experiencias satisfactorias me quedaría en primer lugar con las personas, las magníficas personas que he conocido en este tiempo, artistas apasionados por su arte y el amor que le ponen. También con muchas reacciones del público, repaso las fotos de estos diez años y veo unas caras de asombro, unos corros de gente riéndose en las plazas, unos grupos de personas todas moviéndose al unísono por alguna señal del artista, disfruto mucho con esas muestras de alegría generalizada.

«Tenemos un Casco Antiguo difícil pero único y embaucador, que merecer ser habitado cotidianamente con alegría y diversión, con respeto y vivacidad»

También me gusta ver y programar algunas cosas de cierto contenido transgresor o sorprendente. Me explico. Por ejemplo traer a artistas que montan una pértiga de 10 metros delante de la estatua de Alfonso VIII y se quedan suspendidos en el aire, u otra que montan un trapecio delante de la fachada de la Catedral para subirse y hacer el pino, mientras su compañera toca el acordeón,  o un artista en equilibrio sobre bicicleta con unas bengalas ardiendo en los pecho al caer la noche en la plaza del obispado, o las niñas de la gimnasia rítmica saltando y dando volteretas en la Plaza Mayor debajo del Ayuntamiento o un grupo de música feminista delante del Colegio de El Carmen. En fin, estas cosas que hemos vivido.

-¿Hay algún artista o espectáculo que hayas querido traer y no haya sido posible?

Bueno, se quedan muchos en el trastero principalmente por motivos de fechas y a menudo por cuestiones de presupuesto. El festival en principio es un poco modesto porque una vez que conoces el tipo de espectáculos que hay por el mundo, quiero decir más allá de Cabrejas, ves cosas alucinantes que ni me las planteo de poderlas traer, pero vamos sueño, viajo y las conozco, disfruto con ellas, aprendo. En este mundo hay espectáculos de gran formato que son para alucinar en colores y que a uno le gustaría compartir con sus semejantes, pero bueno todo se andará. De momento me conformo con dejar el poso del gusto por las obras artísticas de los artistas en la calle.

-¿Cuáles serían las señas de identidad de Conka Street? ¿Cuáles serían sus puntos fuertes?

Pues quizás la novedad de los espectáculos que programamos. Bien es cierto que buscamos traer un poco de todo, teatro, circo, danza, música etc, pero creo que todos los años procuramos traer cosas que no sean fáciles de encontrar por la geografía española y, por supuesto, que lleguen a nuestro alcance habitualmente. También creo que es importante el envolvente, el espacio donde colocamos los espectáculos, hay lugares en el Casco que parece que están hechos a medida para recoger esos espectáculos. En este sentido creo que hay unas cuantas dosis de audacia en nuestras propuestas, conocer el espacio y las necesidades de los artistas es fundamental para no penar mucho todos, artistas público y programadores.

-Echando la vista atrás y vista la experiencia de estos años ¿Cambiarías algo de Conka Street?

Claro. La experiencia nos va haciendo más prácticos y vamos cogiendo “tips” de trabajo, sobre todo que nos hacen el camino más fácil, te vas dando cuenta donde has fallado y donde poner más énfasis en las próximas ediciones.

De cambiar… en conjunto, creo que estamos bien donde estamos y tenemos campo donde mejorar por supuesto. Algo que creo también importante y es que siempre he pensado que el Festival también es para vender o conocer mejor nuestro Casco Antiguo y existen muchos emplazamientos que no hemos tocado y que pueden tener un hueco muy interesante en futuras propuestas.

¿Qué te gustaría incorporar al festival que, por unos motivos o por otros, no ha podido ser hasta ahora?

Así de buenas a primeras me gustaría llegar un poco más al sector económico de la ciudad. Creo que la cultura la disfrutamos entre todos y está bien sufragarla entre todos. Hemos puesto en marcha estos años una forma de financiación a través de micro mecenazgo que va funcionando, nos mantiene, pero creo que si queremos que Conka Street llegue más lejos se tiene que implicar el sector privado y los más beneficiados económicamente de él.

«Si queremos que Conka Street llegue más lejos se tiene que implicar el sector privado«

-Cuenca tiene la cultura como una de sus señas de identidad. ¿Dónde o cómo habría que hacer hincapié para reforzar aún más el papel de la cultura en la ciudad?

Difícil así, de pronto, dar una formula. Siempre he creído en la cultura de base, en mostrar a las nuevas generaciones las bondades de la cultura, la inmensa riqueza que tenemos como patrimonio natural y cultural, en la fuente de placer que existe en la contemplación de un cuadro, la experiencia de la música o un espectáculo en directo. Creo que incidiría en las nuevas generaciones incluso dando más visibilidad a las nuevas expresiones artísticas.

-¿Cómo se encuentra Cuenca como cantera de artistas? ¿Genera la provincia artistas en artes escénicas y cultura de calle?

En mi opinión, hemos tenido épocas muy buenas como cantera de artistas. Creo que faltó en su momento la visión más pragmática de saltar allá de nuestras fronteras y seguir haciendo gala de lo aquí vivido. De todas formas, somos una ciudad pequeña en población, aunque proporcionalmente hay un alto índice de artistas o futuribles el caso es que falta dar el salto y catalizar ese potencial como grupo o colectivo que sale de Cuenca es más difícil todavía. Pero hay que trabajarlo y para ello también me parece importante la labor de los gestores culturales que favorezcan el conseguir nuevos grupos o compañías y facilitarles el salir a trabajar donde sea.

Creo que con la creación de la Escuela Regional de Artes Escénicas se abre un momento bueno para esta labor, también creo que es un camino de largo recorrido y de momento estamos empezando.

-Imagino que ya tendrás en mente la edición de este año ¿Qué nos vamos a encontrar?

De momento, estoy terminando la gestión de este año y para el que viene no tengo nada más que algunas propuestas muy sugerentes, lo único que veo en el horizonte es un campo abierto hacia la provincia que puede dar también muchos frutos.