El Ciclo de Adviento nació hace tres años para cumplir dos propósitos. El primero, dar salida a algunos de los conciertos comprometidos del Festival y que no se pudieron llevar a cabo por culpa de la pandemia. El segundo, conseguir un giro temático, una alternativa a la carga espiritual de la Semana de Pasión que, manteniendo el propósito religioso, pudiera llevarnos a músicas de ánimo menos doliente. Tras el cambio en la dirección, hemos comprobado un nuevo aspecto a tener en cuenta: la confianza en músicos nacidos, educados o residentes en nuestra ciudad y que ya han demostrado su alta valía profesional y artística. Así, el año pasado pasó por la misma iglesia de la Merced la agrupación barroca Capilla Conchensis y este año, el pianista Mario Mora o la organista y clavecinista checa afincada en nuestra ciudad, Lucie Žáková.
Este Ciclo de Adviento tiene dos sedes: la iglesia de la Merced y la de la Virgen de la Luz. La gran pena es que la mejor sala de conciertos de la ciudad, la iglesia de San Miguel, sigue cerrada sine die, perdiendo el mejor escenario sonoro del casco antiguo. Esta desidia permanente genera cierta tristeza, aunque nunca pierdo la esperanza de que alguien se tome en serio la riqueza patrimonial de nuestra ciudad.
El III Ciclo de Adviento se ha iniciado con un concierto excelente del pianista Mario Mora. Los que hemos seguido la evolución de su carrera profesional somos conscientes de que aquel jovencísimo talento de técnica excepcional y poseedor de cuarenta y tres premios y accésits, ha llegado a esa madurez que no todos consiguen. Centró su concierto en la figura de Brahms, que abrió con sus austeros y profundos Preludios Corales –originales para órgano y transcritos por Ferruccio Busoni— intercaló los Intermezzos op. 117 y concluyó con las bellísimas piezas de madurez op. 118 y 119. Junto con ello, la juvenil sonata nº1 de Beethoven y la descriptiva obra de Liszt À la Chapelle Sixtine.
Cuando hablamos de madurez expresamos la ausencia absoluta recursos que no nos lleven al sentido profundo de la partitura. Los años han llevado a Mora a esa capacidad expresiva austera, sin artificios, detallista y sincera. Su experiencia en Brahms lo está convirtiendo en referente del maestro alemán en el panorama nacional y lo considero un futuro candidato para interpretar en alguna edición de las SMR las Veinte miradas al niño Jesús de Olivier Messiaen, que es para mí la gran prueba de fuego para todo pianista que viene a Cuenca en la Semana de Pasión.
Miércoles 6 de diciembre: Marta Infante y Lucie Záková – “A la luz del Pesebre”.
La mezzosoprano leridana Marta Infante y la organista checa –conquense de adopción- Lucie Záková, interpretarán este miércoles “A la luz del pesebre” en la Iglesia Virgen de la Luz a las 20:30. En palabras del director artístico de la SMR, Andoni Sierra, “dos músicas absolutamente extraordinarias cuya propuesta nos permitirá conocer las posibilidades del órgano de la Iglesia de la Virgen de la Luz, el único existente hoy en día en Cuenca con pedal”.
Dos grandísimas artistas que brindarán música española en la primera parte con Falla, Mompou y Torres Pérez entre otros y en la segunda parte brindarán la música checa, que une las carreras de ambas intérpretes, de Antonin Dvorák y sus hermosas «Canciones bíblicas”.
La reconocida organista checa Lucie Záková reside desde hace años en Cuenca y tiene varios proyectos pedagógicos y musicales en la ciudad. Záková estudió desde muy pequeña piano y se especializó en órgano y clave en la Academia de Artes Interpretativas de Praga. Ha ofrecido conciertos en Austria, Alemania, Holanda, Inglaterra, Japón, México y especialmente en Francia, donde ha participado en los más importantes ciclos y festivales su geografía. Hoy por hoy su nombre figura en las citas más importantes del calendario musical europeo.
Marta Infante nació en Lérida, ciudad donde comenzó sus estudios de piano, viola y canto. Más adelante, realizó estudios superiores de canto en Universidad de Ostrava (República Checa). Infante ha cantado con algunas de las orquestas más importantes del continente y en los principales festivales europeos de música antigua.