El Rebi Cuenca sigue sin dar con la tecla, sin engrasarse, sin reconocerse a sí mismo en los partidos de fuera de casa. Este sábado ha cosechado otra derrota a domicilio tras perder frente al Recoletas Valladolid en Huerta del Rey por 29-26.
Es cierto que los conquenses mantuvieron sus opciones hasta prácticamente el final del partido gracias a la brillantez de Simonet, entre otros, y que si tres o cuatro jugadas hubiesen sido de otra manera, el desenlace hubiese podido ser distinto. Pero, también, que se acumularon demasiados errores y tibuteos, que la capacidad de reacción ante cambios de defensa o superioridades es demasiado lenta y que hay jugadores, como Rudolph Hackbarth, que no terminan de cumplir las expectativas con las que fueron fichados. Además, los árbitros no ayudaron precisamente con decisiones al menos debatibles, como una doble exclusión cuando el Cuenca estaba en plena remontada o la roja directa a Nacho Pizarro. El criterio arbitral con las tarjetas de expulsión está siendo más riguroso en esta liga y un equipo que defiende con tanta intensidad como el de Lidio Jiménez lo acusa especialmente.
Con los pucelanos en su momento más dulce de los últimos años, que el partido no iba a ser fácil ya se sabía antes del comienzo. Los primeros minutos lo corroboraron, con igualdad en marcador y pista. Gracias a Pozzer el Rebi lograba algunas pequeñas ventajas de uno o dos goles que eran rápidamente repelidas.
Poco después del ecuador de la primera mitad una exclusión a Juanjo Fernández -que no fue el de otras veces, quizá aún renqueante de sus problemas físicos- con 8-8 marcó un sutil pero reconocible punto de inflexión. Los de Pucela tomaron la iniciativa y, tras varios fallos visitantes y las dificultades para romper la defensa abierta local, llegaron a colocarse con una ventaja de 15-12 al descanso.
Tras el reinicio la situacion no mejoró demasiado. El ataque de los conquenses seguía sin rendir como sabe hacerlo, aunque en la portería Espinha comenzó a aportar más y eso impedía que el Cuenca tirara la toalla. En el minuto 37 la ventaja era de cuatro goles 19-15. Una brecha que se consiguió remontar apenas cinco minutos después, cuando un inspirado Simonet ponía el empate a 19 tras un gran parcial a pesar de la roja a Nacho Pizarro.
Incluso en el minuto 44 Simonet ponía arriba a los de Cuenca, 20-21. Sendas exlusiones para Juanjo y otros dos para él rompieron esa racha ascendente. Pisonero y otros pilares del cuadro vallisoletano pisaron el acelerador en ataque y, sobre todo, los locales supieron noquear con su defensa al rival. Los castellanos del sur estuvieron seis minutos sin marcar.
A pesar de ello se llegó al 55 con un 26-24 que permitía pronosticar cualquier resultado. Gestionó mejor el Valladolid este último tramo con menos pérdidas y precipitaciones hasta lograr la victoria definitiva.