En plena vendimia, la Asociación de Industrias Vitivinícolas Europeas (AIVE) ha hecho balance de las acciones desarrolladas en los primeros meses de este año.
En lo que va de este 2023, AIVE ha expresado su oposición y disconformidad con las nuevas medidas contra el consumo de alcohol, que no especifican el tipo de alcohol ni la cantidad, siendo una recomendación genérica, sin ninguna base científica ni sanitaria.
Otro de los caballos de batalla de AIVE ha sido la Ley de la Cadena Alimentaria, posicionándose en contra de la exclusión de las cooperativas agroalimentarias del Registro de sus Contratos Alimentarios, “un claro agravio comparativo” con las empresas, lamenta Lorenzo Delgado, presidente de la Asociación.
Destilación de crisis
La solicitud de la destilación de crisis, ante la situación actual del mercado del vino, ha sido otra de las principales reivindicaciones de AIVE, defendiendo la necesidad de esta destilación para obtener alcohol de calidad vínico y dejar de utilizar alcoholes industriales para la fabricación de vinagres, bebidas espirituosas y/o para uso farmacológico.
En ese sentido, solicitaron que desde el Parlamento Europeo se inste a tener en cuenta dicha petición y a publicar una directriz a los países miembros productores de vino para que adopten las medidas necesarias para realizar la destilación de la cantidad que resulte necesaria de millones de litros de vino, con apoyo financiero de las administraciones públicas.
Además, han propuesto a los distintos estamentos nacionales y europeos que estudien con urgencia las normas de etiquetado de los vinos y vinos aromatizados, bebidas refrescantes, energéticas, zumos y derivados, obligando a comunicar la lista de ingredientes y la declaración nutricional de todos los vinos producidos y etiquetados a partir de diciembre de 2023.