Jesús Niño Zamora es un histórico en el fútbol femenino conquense. Un pionero que se ha volcado desde hace casi treinta años en conseguir que las chicas puedan disfrutar de este deporte en las mismas condiciones que los chicos. Cargado de la ilusión y el entusiasmo característico del deporte aficionado, entrena a la actualidad a El Pozo de las Nueves femenino en categoría autonómica. Pese a los enormes avances conseguidos cuando se mira para atrás, aún deja constancia de que queda camino por recorrer en materia de instalaciones e implicación institucional, entre otras materias.
¿Cuánto tiempo lleva vinculado al fútbol femenino aquí, en Cuenca?
Pues llevo vinculado al fútbol femenino nada menos que 27 años. Al principio no estaba como entrenador, como es lógico, porque estaba en la junta de El Pozo y no queríamos entrenar ninguno de los padres porque al principio todas las niñas eran de ahí, del Pozo de las Neves. Pero luego ya empecé a entrenar porque nos ha faltado gente para el fútbol sala en El Pozo, continué con el fútbol once y aquí estamos de momento.
¿Cómo empezó El Pozo de las Nieves con el fútbol femenino?
Al principio no había competiciones organizadas de fútbol base de la Junta ni de Diputación. Éramos barrios jóvenes tanto el Pozo de las Nieves, la Fuente del Oro, Villa Román… y entre los que constituíamos las asociaciones de vecinos, como teníamos bastantes chicas, organizamos unos equipos y participábamos entre nosotros. También estaba Zarzuela, Villar de Olalla…. Y al segundo o tercer año fue cuando ya empezó a salir lo de la Junta, lo que es el deporte de base. En la ciudad es posible que El Pozo sea el más veterano porque los demás no han continuado. El Conquense fue más tarde y las niñas que estaban en la Fuente del Oro, en Villa Román o de Zarzuela se vinieron a El Pozo porque siempre tenía buenos equipos.
¿Qué ha cambiado desde entonces hasta ahora?
Pues prácticamente todo. Lo que pasa es que nos ayudan prácticamente casi igual. Hay alguna ayuda más pero poquito más. Antiguamente pasaba lo de ahora: se lo gestionaba todo el club, o entre padres, o entre las niñas, con rifas, con aportaciones. Lo único que sí que ahora ya ha salido la ayuda de la Diputación Provincial, un poco de Ayuntamiento, y un poco la ayuda de la Federación en cuanto a los arbitrajes. Pero por lo demás no nos tienen muy en cuenta todavía. Por lo menos aquí.
«La gente que viene de fuera se queda asombrada. En el Joaquín Caparrós no se pueden utilizar los vestuarios«
¿Cuál es la situación del club ante la temporada que está a punto de comentar?
En este momento estamos terminando de formalizar la plantilla, las chicas que van a participar y si las cosas cuadran pues puede haber entre 17 y 18 aproximadamente. Estamos enclavados en el Grupo 3, que nos corresponde prácticamente Guadalajara y tres equipos de Toledo y nos han reducido un poco el kilometraje porque al haber tres grupos pues las distancias se han acortado. Mucho mejor.
¿Qué necesita el fútbol femenino en Cuenca para mejorar, para despegar?
El fútbol femenino en Cuenca necesita un poquito más de visibilidad, un poquito más de apoyo, un poquito más de instalaciones porque estamos a veces sin vestuarios y eso se nota. La gente que viene de fuera se queda asombrada. Un poquito más de ayuda sobre todo institucional es lo que más se necesita. En tema de infraestructuras también hay carencias. En el Joaquín Caparrós no se pueden utilizar los vestuarios y este año parece que llevamos la misma marcha. No se han arreglado y continúan cerrados. Tienes que ir a El Sargal para poderte cambiar y ya viene la gente cambiada con botas, calzadas, que puede haber cualquier accidente, cualquier caída… Entonces, un poco de desidia, sí hay.
¿Cómo habéis vivido vosotros, que trabajáis con chicas futbolistas desde hace años, que España haya conseguido ser campeona del mundo de fútbol femenino?
Pues la verdad es que muy bien. Al principio desde casa, luego ya vinieron mi familia con los niños y el último partido en Santa Ana con la animación y con otras chicas que en este momento no pertenecen al Pozo porque ya tienen otra edad pero también están en este momento están jugando a fútbol sala. Para nosotros y nosotras es un refuerzo poder ver al fútbol femenino siendo campeón del mundo . Es un honor, un orgullo que no sería posible si no fuera por el deporte a base que es donde comienza todo y las categorías inferiores que nos ayudamos entre padres y familia, amigos y alguna subvención. De momento, esto nos debe dar un auge importante para que todas las administraciones pongan un poco de su parte. Vamos a ver si se consigue algo de esto. A ver si ese apoyo ‘de boquilla’ se transforma en apoyo real y se nos ayude un poquito más.
«Ser campeonas del mundo es un gran orgullo pero eso no sería posible sin el deporte base»
Lo de Rubiales, una comportamiento lamentable que no empaña un éxito deportivo sin precedentes…
Lo de Rubiales es una pena, por supuesto. No se ha dado cuenta del cargo que tenía y no puede hacer lo que ha hecho. Luego podría haber quedado bien pidiendo disculpas o perdón de otra forma y cuando llegó a la asamblea tenía que haber dimitido. Así está restando importancia un poquito a las chicas, a lo que ha sido el campeonato, porque estamos en la boca de todo el mundo. Y no para bien, por supuesto.
Lo que es una realidad es que el nivel del fútbol femenino ha mejorado de diez años a esta parte, una inmensidad.
Sí, sí, ha mejorado muchísimo porque actualmente los clubes están cuidando, casi de Segunda para arriba, las canteras, fichan jugadoras, las cuidan, tienen unos cuerpos técnicos con sus respectivos dietistas, para entrenar físico, porteros… y entrenan en condiciones. Antiguamente no se entrenaba en condiciones. Aparte ahora están los grandes equipos que trasladan mucho a Barcelona, a Madrid….y los equipos que están por debajo también están reforzando.
Y las chicas jóvenes han perdido afortunadamente el ‘complejo’ que había hace veinte años y parecía como que naturalmente no estaban capacitadas para jugar al fútbol, que era algo que tenía vetado y estaba reservado a los chicos
Sí, por suerte, ese complejo se ha quitado y las chicas ya no llevan esa mochila. Ya no tienen el miedo a lo que digan o a lo que les llamen, sino que les gusta y lo están practicando desde muy niñas. Esto se nota, se nota muchísimo también.
Tras ver la evolución durante décadas y vivirla a pie de campo ¿Qué echa en falta en los partidos femeninos respecto a los masculinos?
Que cuando vean que un partido femenino que no den por hecho que es un fútbol que prácticamente no tiene calidad sino que es distinto pero es un fútbol bonito. Y que traten de acompañar, de ir a los campos. Por lo menos aquí, en Cuenca, que se nos note porque prácticamente quitando los padres y cuatro amigos pues casi no va gente. Esto lo podemos mejorar y ya que muchas niñas se están incorporando, entrenando, jugando… pues sería un gran apoyo moral. Cuando hay gente que anima, ellas mismas lo notan, se esfuerzan y se animan muchísimo más.