Animadoras, batucadas, malabaristas, gigantes, cabezudos y dulzaineros conducen a Cuenca a sus Fiestas 2023

El desfile con las diez carrozas representantes de los barrios y pedanías ha recorrido el centro de la ciudad cumpliendo el horario previsto

Como anunciaba ayer Javier Muga en su pregón, las Fiestas de San Julián se cimientan en la tradición y la familia. Y Cuenca le ha demostrado que tiene razón. Centenares de personas y multitud de familias han seguido el desfile de carrozas que da inicio a la semana de celebraciones patronales. Uno de los desfiles más multitudinarios de los últimos años, sin tener en cuenta en los que había restricciones.

Comenzaba el desfile puntual, a las 20:15, en la Avenida San Ignacio de Loyola, y lo hacía con el estruendo de los tambores de la batucada Sambas Colgadas. Este rítmico sonido ha anunciado la llegada del desfile desde antes incluso que las luces de los coches de policía que abrían el desfile. Y lo hacían con gusto, pues por donde pasaban la gente se movía al son de los tambores o daba palmadas cuando el ritmo lo permitía.

Delante de la batucada, acaparando todas las miradas (y levantando las envidias de más de uno por su habilidad) se deslizaba un grupo de «animadoras» patinadoras. Sus coreografías y acrobacias dirigían la vista de los espectadores como si de un partido de tenis se tratase, de un lado a otro y vuelta, demasiado rápidas para poder hacerles una foto en condiciones pero generando ilusión en el público.

Un poco por detrás de las primeras carrozas unas majorettes de lo más variopintas hacían reír a la gente por donde pasasen e indicaban el camino a seguir, pues en la espalda de sus uniformes se podía leer «nos vamos de feria». Con guías así da gusto. Y justo detrás, la magia del Circo A Saltos, con sus animales de fantasía haciendo malabares a ras de suelo y en las alturas, fascinando a grandes y pequeños e incluso incluyendo al público en sus juegos. A estos artistas circenses les marcaba el ritmo el grupo de dulzaineros «Pipirigay», retomando la música tradicional de la que hablaba Muga.

Otro par de carrozas más y la mirada de los niños se iluminaba, pues los personajes de la película de animación ‘Toy Story’ estaban ahí, delante de ellos. Woody, Buzz Lightyear, Jessie… ¡Incluso los Soldados y el caballo Perdigón! Personajes que se acercaban a saludar a los niños (y a algún que otro treintañero nostálgico, no nos vamos a engañar), que luego se giraban con emoción hacia sus padres para celebrar el encuentro.

Y, si Muga adelantaba la tradición en su pregón, el cartel de Arturo García profetizaba la llegada de gigantes y de cabezudos. Y la profecía se cumplió. Casi al final de la comitiva, un grupo de estos tradicionales personajes bailaban al son de las dulzainas de «Tiruraina». Posiblemente el elemento más tradicional y castizo del desfile, pero uno sin que no podría haber ni feria, ni fiestas, ni nada.

Para cerrar el desfile, justo detrás de la carroza con la corte de honor de las Fiestas, la Banda Municipal de Cuenca. Expertos en fiestas, tradiciones y en cerrar desfiles, expertos en amenizar eventos como nadie. Acostumbrados, por desgracia y al igual que en Semana Santa, a las personas que tienen la mala educación y la poca decencia de cruzarse por delante sin poder esperar cinco metros. La Banda Municipal tiene tanta paciencia como arte.

Pero las verdaderas protagonistas del desfile son las carrozas que representan a los barrios de la ciudad. Esas carrozas en las que unos niños lanzan caramelos a otros niños. Niños y niñas que se desgañitan gritando «¡Aquí, aquí!» para que les inunden en caramelos desde las alturas. Personajes de cuentos, Peter Panes y Campanillas, cupidos, chefs y reposteros, piratas, Harry Potters, Mickeys y Minnies… había de todo en las carrozas, generando ilusión tanto encima de ellas como en las calles. Este año, los barrios y pedanías representados han sido Las Quinientas, Casablanca, Buenavista, Fuente del Oro, Cañadillas, La Paz, Tiradores Bajos, Tiradores Altos, San Fernando, Cerro de la Horca, Nohales, Tondos, Villanueva de los Escuderos, La Melgosa, Villa Román, El Salvador, Casco Antiguo y Colliguilla. Y, como no podía ser de otra forma, la última carroza portaba a la Corte de Honor de las Fiestas, a las y los diecisiete representantes juveniles de los barrios.

Una hora y media de desfile más tarde, a eso de las 21:45, la comitiva llegaba a su fin, hasta casi las puertas de la Plaza de Toros. Ahí les esperaban el alcalde, Darío Dolz; María Ángeles Martínez, concejala de cultura; Alberto Castellano Barragán, concejal de participación ciudadana, barrios y pedanías; Adrián Martínez Vicente, concejal de movilidad; Mario Fernández Yepes, concejal de festejos y juventud; Javier Muga, pregonero; y Arturo García Blanco, cartelista de este año.

Todos juntos y junto a la Corte de Honor, escoltados por los gigantes y cabezudos y por la Banda Municipal, se han dirigido hasta la puerta del Recinto Ferial. Ahí, tanto el alcalde como todas las representantes juveniles que así lo han querido, han cortado la banda inaugural y se han encendido las luces de la puerta del ferial, dando por concluido el desfile y dando por inauguradas la Feria y Fiestas de San Julián 2023.

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