Una de las tradiciones católicas más antiguas pero desconocidas de Cuenca es la de la veneración de la Virgen Dormida que se desarrolla cada 14 y 15 de agosto en el Monasterio de San José de las Madres Carmelitas Descalzas, que actualmente se encuentra en el antiguo Camino de Nohales. En el templo se expone ante los fieles imagen de María tras su ‘dormición’, una iconografía poco habitual en las iglesias conquenses de estos tiempos.
A las 18:00 horas de este lunes, 14, se celebrará en la iglesia del Monasterio la Santa Misa con veneración de esta advocación mariana. El martes 15, solemnidad de la Asunción a la Virgen, habrá Santa Misa a las diez de la mañana y veneración desde entonces hasta las 14 horas y de 16:30 a 20:30.
«La Asunción de la Santísima Virgen es la fiesta de la glorificación de María. Veneramos su dormición, antes de ser subida en cuerpo y alma a los cielos. Nos acercamos con devoción dándole gracias por lo que hizo estando en la tierra y por lo que sigue haciendo por nosotros desde el cielo. Y nos encomendamos a Ella, que es Madre y es Reina, la mejor intercesora ante Dios», explican desde la entidad religiosa.