La Fundación García y Chico, un reducto de arte figurativo en el el barrio del Castillo

La fundación sin ánimo de lucro recoge las obras de José María García y María Luisa Chico para preservar y compartir la exposición de los artistas

La ‘Fundación García y Chico’ es un museo artístico que se encuentra ubicado en la Calle La Paz, muy cerca de los restaurantes del Castillo. Las personas que se adentran por las calles del barrio pueden encontrarse una humilde puerta azul que marca la entrada del museo. Abren sus puertas de manera gratuita reciben a sus visitantes los viernes, sábados y domingos, de 11:00 a 14:00 horas. Además, se brinda la posibilidad de concertar citas previas para quienes deseen visitarla en horarios distintos.

García y Chico es una entidad sin ánimo de lucro que se encarga de recopilar, conservar, mostrar y difundir la obra de los artistas María Luisa Chico y José María García Gutiérrez. El centro recibe alrededor de 400 visitantes anuales, quienes lo descubren a través de la página web o los mapas de la ciudad. El público que frecuenta el espacio suelen ser personas con interés por el arte o que incluso tienen la pintura como afición.

La característica distintiva del enclave cultural destaca la posibilidad de interactuar con la fundadora y una de las artistas. María Luisa Chico suele recibir a los visitantes en persona, e incluso en ciertos momentos es factible observarla mientras se dedica a la creación de nuevas obras. Además, se encuentra siempre dispuesta a responder las dudas que puedan surgir en cuanto a la técnica, materiales y cuestiones artísticas. En ocasiones llegan personas que quieren adquirir alguno de los cuadros expuestos. “El viernes pasado vinieron unos matrimonios que eran coleccionistas de arte, pero las obras de la fundación no están en venta, tan solo pueden comprarse las reproducciones”, explica la artista.

Historia de la fundación


Ambos pintores son un matrimonio y, tras el fallecimiento de José María García, la casa se encontraba repleta de cuadros y esculturas. Fue entonces cuando Chico planteó la idea de crear la fundación y así preservar la obra y exhibirla al público. Se informó de las obligaciones y los requisitos para su formación. Habilitó su propia casa en el Castillo, que también usaban como estudio. En 2013 se creó la fundación y en 2016 se abrió al público.

El propio edificio tiene una historia. Es un espacio antiguo que ha sido reformado y que anteriormente pertenecía a personas con tierras, huertas y animales. La parte de abajo en su momento eran cuadras para guardar el ganado. La casa se reformó y además fue ampliada con el espacio de al lado, que era una residencia en ruinas. Fue habilitado y ahora forma parte del propio museo. Actualmente, en la parte baja se encuentran los cuadros de mayor tamaño al ser salas más amplias y en la parte de arriba contiene las piezas de menor escala.
Los visitantes pueden encontrarse en la exposición pintura, escultura, dibujos e incluso grabados. “El tipo de pintura es realista y figurativa. El realismo no es una cosa del pasado, en este momento hay pintores muy buenos que son realistas, a pesar de que Cuenca esté copada por el abstracto”, explica María Luisa Chico.

Aunque la fundación no organiza exposiciones temporales, la artista está en un proceso creativo constante, lo que ocasionalmente conlleva cambios en la exhibición. Chico explica que “Cuando tengo obra nueva que se ajusta al tema de la sala lo cambio, muchas veces acuden personas que ya han venido y así pueden encontrarse cosas nuevas”. A parte de pinturas al óleo se pueden encontrar grabados y esculturas confeccionadas a partir de cerámica revestidas con pátinas que le otorgan la apariencia de bronce.

Historia de los artistas


Ambos pintores cursaron estudios en la antigua Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, que posteriormente se transformó en facultad. Después de finalizar su formación ejercieron como docentes: Chico desempeñó el rol como profesora de Enseñanza Media, mientras que García fue profesor de la Facultad de Bellas Artes, enseñando Perspectiva y Dibujo Geométrico. Además, García obtuvo plazas como maestro de Formación Estética en Universidades Laborales y Catedrático de Dibujo en Institutos Nacionales de Enseñanza Media.
A lo largo de sus trayectorias artísticas, María Luisa Chico ha llevado a cabo múltiples exposiciones. Algunas han tenido lugar en la Escuela de Arte Soto Mesa de Madrid, así como en diversas galerías tanto en Ciudad Real y en Cuenca, como la sala Toba y el Antiguo Convento de las Carmelitas. Chico también ha creado los murales al temple en la cúpula y las lunetas de la Capilla de Santa Catalina en la iglesia del Cristo del Amparo. Además, creó un retablo para la iglesia del Cristo de la Salud de Nohales.

Los estilos de ambos autores son notoriamente distintos. García destaca por su enfoque imaginativo, que plasma en formatos pequeños utilizando tintas, rotuladores o plumillas sobre papel. Su paleta tiende a ser en blanco y negro, y ocasionalmente introduce toques de color mediante acrílicos. María Luisa Chico comenta que «Él encontraba inspiración en formas y fotografías, incluso transformábamos una mancha en la pared en algo a lo que nos recordaba. Era muy creativo».

En contraste, las obras de ella son predominantemente grandes, realizados al óleo sobre lienzo o tabla. Las creaciones captan la expresión intimista que se expresa a través de sus pinturas del entorno que la rodea. Su colección abarca bodegones y paisajes impresionistas, ya que su enfoque se posa en la dinámica del entorno, como el fluir del agua en los cuadros de ríos. “El agua está en movimiento y no la puedes captar rápidamente, aun sin querer o queriendo la pintura sale impresionista. También soy muy colorista, donde veo color busco su intensidad”, relata la pintora. Una constante en sus obras son los animales que siempre acompaña al paraje natural plasmado a través de sus pinceles, “Es una forma de recordarlos ya que ellos desaparecen”.


El papel de Cuenca para ‘Fundación García y Chico


A pesar de que Chico nació en Asturias, siempre ha tenido un vínculo cercano con la provincia. Su padre, natural de Toledo, fue destinado a Cuenca, y desde entonces continuaron visitándola con regularidad. “Siempre hemos tenido aquí amigos y cuando me casé nos gustó como lugar para venir en verano”, lo que fortaleció los lazos con la ciudad. La conexión llegó a tal punto que su entorno natural se encuentra reflejado en las obras. A través de las pinturas que hay en la fundación se encuentra el verde de los árboles conquenses, los ríos e incluso las calles del barrio del Castillo.

La fundación adopta diversas estrategias para apoyar a los artistas emergentes. En ocasiones, los estudiantes acuden al museo en busca de orientación, incluso utilizan las salas como espacios de trabajo para sus proyectos académicos. También se organizan eventos especiales, como colaboraciones con organizaciones enfocadas en mujeres o conciertos de guitarra y viola dirigidos por profesores del conservatorio. Estos eventos aprovechan el entorno único para ofrecer un espectáculo distinto. Para el próximo mes de septiembre, se están planificando sesiones de lectura de poesía.

El componente lírico también encuentra su espacio en el museo, especialmente durante el encuentro de poetas ‘Poesía para náufragos’. Algunos de los escritores aprovechan su visita a la para contemplar las pinturas y esculturas. Sin embargo, las actividades de la fundación no se limitan a esto. En su afán por promover el arte desde la provincia, impulsan y exhiben obras en lugares como el Ateneo y la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Además, prestan obras para algunos de los eventos que organizan.

Cuenca es una ciudad especialmente conocida por el arte, la ciudad cuenta con varios centros que se encargan de formar a jóvenes artistas. La fundadora de este espacio artístico piensa que “es importante la formación, los jóvenes deben procurar formarse y luego dirigirse a lo que más les atrae. El arte es un medio de vida al que hay que amoldarse”. En el presente, Chico señala que existen diversas oportunidades para que los artistas jóvenes exhiban su trabajo, ya sea a través de cajas de ahorro, entidades bancarias, ayuntamientos o centros culturales. «Cuando eres joven, es posible que no cuentes con suficientes obras para llenar una sala grande, pero la colaboración entre varios artistas puede lograrlo», agrega.

La fundación ha expresado el futuro que visualizan para la escena artística de Cuenca e instan a “seguir con la trayectoria actual, aunque también dar más visibilidad al arte figurativo y a otras tendencias artísticas”.

Galería de imágenes de la ‘Fundación García y Chico’