Ancuta y Mario son residentes de la calle Grupo La Paz y padres de un hijo 12 años con un 87% de discapacidad. Recientemente han solicitado la construcción de una rampa para conectar la terraza de su vivienda, un bajo, con la calle para facilitar el tranporte del joven, cuya movilidad, además, es muy reducida.
La madre del joven ha explicado a Voces de Cuenca que para acceder a la vivienda se tienen que sortear una serie de escalones que se suman al escaso espacio que existe en el interior del portal. Lo que impide que la silla de rueda en la que se transporte el joven, gire para entrar en la vivienda.
«Todos los días cuando lo llevo al colegio tengo que coger la silla, dejarla en el portal, volver a por el niño para cogerlo en brazos. Algo que ya me va costando cada vez más», indica la madre, que además añade que «independientemente de que me cueste a mí, es el riesgo de que se me caiga de los brazos».
Con el objetivo de rehabilitar su vivienda, Ancuta Margan, señala que recientemente ha contratado a un arquitecto para diseñar correctamente las obras de ensanche de puertas y diferentes espacios de su hogar para facilitar las diferentes tareas que a lo largo del día tiene que desempeñar junto a su hijo.
Unas obras de adaptación que pretendían culminar con la instalación de la rampa tras su solicitud al Ayuntamiento de Cuenca. Según explica la vecina a este medio la propuesta ha sigo negada hasta en dos ocasiones. Sin embargo, Acuta ha adelantado que agotarán todos los procedimientos para que finalmente la construcción de esta infraestructura sea una realidad. «Hasta que no me lo den no voy a parar», señala la vecina.
Ancuta ha argumentado que hasta ahora la respuesta obtenida por parte del funcionariado municipal ha sido que la construcción de esta rampa «supone una pérdida y desaprovechamiento de terreno público». Sin embargo, la familia defiende que el proyecto cumple con la normativa y señala la «falta de sensibilidad» para con esta solicitud.