Al menos siete pequeñas presas y azudes han desaparecido en los últimos años del cauce de los ríos que recorren la geografía conquense. Siete infraestructuras hidráulicas que tenían, entre otras funciones, retener agua para su posterior aprovechamiento como el riego, el consumo humano o la generación de energía eléctrica.
Unos trabajos de demolición que se encuentran enmarcados en la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos puesta en marcha en el año 2005 desde el Gobeirno central para «alcanzar el buen estado ecológico de acuerdo a lo establecido en la Directiva Marco Europea del Agua». Las actuaciones de estos proyectos están enfocadas mayoritariamente a mejorar la conectividad transversal, la conectividad longitudinal y a recuperar la morfología natural del río.
Las infraestructuras se encuentra repartidas por los diferentes parajes naturales y la fecha de sus demoliciones fueron entre el año 2015 y 2016. Son las Presas de la Hoz, presa de los Garrido, Molino de Rives, presa de Narboneta, presa de la Hoz (Valeria), presa de las Hoyas y presa de Albadalejito. Localizadas mayoritariamente en las comarcas de La Manchuela y la Serranía Conquense.
A estos siete puntos hidrográficos en la provincia de Cuenca se le suma otros dos que se encuentran pendientes de su demolición. La primera de ellas es la presa de Contreras-Mirasol, después de que en octubre de 2020 finalizara el plazo de concesión a Iberdrola, su hasta entonces concesionaria. Un asunto que se encuentra judicializado desde entonces después de que la eléctrica recurriera la demolición de esta infraestructura hidrológica.
La segunda presa que se encuentra pendiente de los trabajo de derribo es la presa de Cristinas, situada en el cauce del río Cabriel. Para la cual la Confederación Hidrográfica del Júcar confirmó que contaba con todos los permisos para poner en marcha estos trabajos y dar orden a la directiva marco europea de agua, marcada como objetivo para alcanzar el buen estado ecológico de las masas de agua en el que tiene mucho peso la longitudinal de los ríos y una barrera transversal en un cauce es una anomalía.