El Hosquillo ha cumplido durante estos días el primer mes de la nueva campaña, iniciada el pasado 18 de marzo, mientras aguarda la llegada de un visitante muy especial que ya conoce el parque. «Estamos esperando que vuelva el lobo», asegura el director, Fernando García Porras, que transmite la emoción por el retorno de una especie ausente desde hace más de tres años tras el fallecimiento de los últimos ejemplares.
«Estamos rematando tanto las obras para que el lobo venga a El Hosquillo como toda la documentación que se necesita, que es mucha. Esto es posible gracias a un convenio de colaboración con la EAZA (Asociación Europea de Zoos y Acuarios) y estamos en ese proceso que, como lo tenemos muy avanzado, esperamos que concluya en breve, pero en breve puede ser unos meses. No sabemos si podrán ser dos meses, tres meses, es el plazo que nos marcamos para que definitivamente el lobo vuelva», precisa el director.
La colaboración entre instituciones solventes resulta fundamental cuando se habla de una especie en peligro de extinción y emblemática en la fauna ibérica. «El convenio de colaboración nos garantiza un trabajo científico de conservación de la especie. Son animales que proceden de algún decomiso o alguna cosa así o animales que se han accidentado. Creo que vamos a recibir una pareja pero estamos a disposición de lo que la EAZA disponga. Eso quiere decir que tenemos que hacer el trabajo que nos encarguen. Y ese trabajo puede variar. Puede ser desde albergar a una determinada población por algún motivo, hasta reproducir, interaccionar a diferentes grupos por cualquier razón… Ahí habrá una dinámica de trabajo que queda fuera de lo que nosotros podamos decidir porque es la EAZA la que nos encomendará».
Dos hectáreas acondicionadas y adaptadas
En cuanto a los trabajos realizados para acoger al lobo ibérico, García Porras ha indicado que «se ha acondicionado la zona porque se ha deteriorado mucho con episodios climatológicos adversos y la zona se presta a ello. Aparte de eso, se ha subdividido la zona con la posibilidad de manejar dos poblaciones. Se ha acondicionado a las exigencias que el programa de trabajo con el lobo requiere. De las dos hectáreas que tiene la zona del lobo se has separado en dos: una de una hectárea y media y otra de media hectárea. Se pueden juntar o separar dependiendo de las necesidades. Por nuestra parte, estamos encantados porque necesitamos que lo que hacemos tenga una rentabilidad social. Creo que es una iniciativa muy interesante y contentos de que pueda hacer para la gente pueda volver a contemplar esta especie
El Parque de El Hosquillo inició la temporada el día 18 de marzo y terminará a mediados de diciembre, siempre con visitas con reserva previa. «De momento va muy bien. Casi todas las visitas van llenas y cubrimos el cupo. El año pasado tuvimos en toda la campaña 14.000 visitantes», señala el director.