Museo de Paz y Caridad: arte, color y familiaridad al aire libre

Un recorrido por las imágenes, los lugares y la historia de una ciudad que se convierte en lienzo, escultura y música para transmitir su amor por la Semana Santa

Águeda Lucas

Quizá algunos de ustedes hayan oído hablar de esta sala expositiva, quizá muchos hayan tenido la suerte de visitar sus salas y conocer sus obras. Además, están de enhorabuena, la entrada es gratuita y el horario bastante amplio, recomendado también para niños y sobre todo, para asistir en familia.

Se trata de una experiencia inmersiva: desde que acceden por San Antón experimentan con sonidos, colores…un ambiente creado con exquisito gusto para que el espectador pueda recibir diferentes estímulos para configurar una vivencia única, como los Jueves Santos en Cuenca saben hacer. Seré su guía, solo espero que puedan disfrutar de su paseo por este museo tan especial.

Al girar a la derecha encuentran a la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías, bien nutrida y con energía primaveral, a pesar de la suma de horas que acumulan ya en sus pulmones y manos, en sus pies. Este primer encuentro con el sonido les evoca a muchos imágenes de años atrás. Siguiendo con los sonidos, una campana les recuerda que se encuentran en la Archicofradía de Paz y Caridad, nos acompaña durante todo el recorrido.

Pero acompáñenme ahora, quédense quietos un momento, las puertas de la iglesia de la Virgen de la Luz se abren y las emociones explotan. Traten de imaginar con ustedes a aquellos que se nos han ido, que tantos Jueves Santos han vivido juntos, seguro que ya lo estaban haciendo, es inevitable, me lo dicen mucho. La emoción forma parte de esta experiencia, sentirán muchas cosas distintas a lo largo de todo el recorrido, también dependerá mucho de la posición que asuman en esta tarde.

Sigamos con la visita. Encontramos al Cristo de las Misericordias en primer lugar, portado por una singular y variada paleta de pigmentos nazarenos. Mientras pasa por estos primeros metros los tambores resuenan incluso en otras estancias del museo y parecen avisar a la ciudad de lo que está pasando.

Les puede parecer que las imágenes cobran vida y realmente es que lo hacen, aquí sí. En la siguiente sala encontramos a Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, bellísimo conjunto, fíjense en la mirada de Cristo. Los banceros de la Oración en el Huerto de San Antón han estrenado almohadillas artesanales, que han sido elaboradas por el tapicero conquense José Luis Ruipérez. Y seguidamente pasamos a Jesús Amarrado, en el que el movimiento está sin estar y la madera es capaz de traducir el dolor en belleza.

Un poco más adelante vemos a Jesús con la Caña. Viste la Clámide de las Esclavas, que fue donada por los hermanos y bordada en 1986 por las Esclavas del Santísimo. Esta magnífica pieza de bordado conventual sobre terciopelo de seda la vistió hasta finales de los 90. El bordado comienza con motivos eucarísticos en la parte frontal, pasando en la parte lateral y las esquinas a los motivos de la Pasión. La parte trasera está presidida por el cristograma JHS: Iesus Hominum Salvator, y el escudo de la Hermandad.

En nuestra siguiente parada observamos de cerca al Ecce-Homo de San Gil, que celebra el 75 aniversario de su talla para cuya efeméride se organizó un traslado procesional el pasado 4 de marzo, desde la iglesia de la Virgen de la Luz hasta la Catedral. Además, Lidia Mateo y Óscar Contreras han compuesto para él la marcha ‘Padre, en ti confío’, que se estrenó en el concierto de Semana Santa de la Joven Orquesta de Cuenca.

Unos metros después encontramos la hermandad de Nuestro Padre Jesús Caído y la Verónica, que con tesón mueven enérgicamente las andas que llevan a un Cristo cargado con la Cruz del que se compadecen dos almas. Y seguidamente vemos al Auxilio, muestra de la cara más amable del ser humano en su afán por acercarse al necesitado desde la inocencia. Detrás de este conjunto vamos descubriendo a Jesús Nazareno del Puente, una obra que despierta la admiración de muchos de los espectadores y hermanos que pueblan las filas.

En la última sala verán a Nuestra Señora de la Soledad del Puente. Mar Brox ha restaurado la talla de la Virgen, la que además, ya cuenta ya con su propio himno, con letra de Anais García y música de José Antonio Fernández, director de la Capilla de Música de la Catedral de Cuenca.

Como pueden ver, todas las salas son de un valor incalculable, ya no solo patrimonialmente, sino emocional y espiritual. Los pasillos que han recorrido asemejan callejas, cuestas y rincones emblemáticos de la ciudad, marcados por los ritmos, la cera, el pasar de los años y de las historias, los años malos y también los buenos. Disfruten tranquilamente de su paseo mientras ascendemos a la parte alta en esta conjunción de arte y espiritualidad.

Llegados a este punto, les diré que no sé si Marco Pérez sería consciente de cuando esculpiese de lo que sus obras iban a significar para Cuenca. ¿Sabría Coullaut-Valera el valor de sus manos en la obra redentora nazarena y conquense? ¿Imaginarían Martínez Bueno y Hernández Navarro que sus manos darían vida a algo que les trasciende? ¿Intuiría Capuz hasta dónde abarcaría la devoción a su Jesús del Puente?

Gubias, formones, escofinas, limas, sierras, cepillos y mazos al servicio de Cristo en Cuenca, el arte y la fe dándose la mano, la maestría artesana abrazando el Misterio de un Dios que, hecho madera, se acerca a las calles y que habla a los corazones a través de las vetas.

A veces hay que ver con perspectiva las obras de arte, observen como parece flotar Jesús del Puente en la noche conquense. Déjense llevar por el movimiento de la Soledad del Puente, con su palio, mecido de forma hipnótica al igual que la clámide de Jesús con la Caña y el olivo de la Oración en el Huerto, por citar algunos ejemplos que les ayuden a disfrutar de su tarde.

Horarios

​​Pasadas las 16:30 horas daba comienzo la procesión de Paz y Caridad y el último de los pasos, la Soledad del Puente, salía a la calle en torno a las 17:50 horas. Durante la subida ha dado la impresión de que el cortejo desfilaba más lento que en otras ocasiones, aunque finalmente sobre las 20:15 llegaba a La Plaza y la Madre hacía su entrada en en el Obispado a las 21:50 horas.

La bajada ha comenzado a las 22.00 horas y la primera imagen en entrar en la iglesia de la Virgen de la Luz lo ha hecho sobre la medianoche. Se han ido sucediendo una tras otra con mayor o menor agilidad.Pasados diez minutos de la 1 de la madrugada Nuestra Señora la Soledad del Puente entraba en la iglesia de la Virgen de la Luz.

Los niños

No quiero terminar esta visita sin destacar la numerosa participación sobre todo en la subida de los más pequeños y en todas las hermandades del desfile. Nuestro Padre Jesús Caído y la Verónica y Jesús Amarrado a la Columna han nutrido la fila de en medio con muchos hermanos de corta edad, incluso en la bajada. En estos pequeños hay una lección de continuidad, pero hay que inculcarles el respeto por las tradiciones. Durante la procesión se han visto ejemplos de imitación de gestos como marcar el ritmo del paso, hacer lo que el nazareno «grande» hace.

El sonido

Habrán podido observar durante todo nuestro recorrido la variada expresión sonora, tan rica en detalles, en matices. Horquillas, bandas, coro,  campana, tulipas,cetros… incluso el rumor de la vida que no cesa, el murmullo de los niños.

La Agrupación Musical Iniestense (Iniesta) ha subido con Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto (de San Antón) y ha bajado con Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna; la Asociación Músico-Cultural Santa Cecilia (Almonacid del Marquesado) ha acompañado al Stmo. Cristo de Ecce Homo (San Gil) durante todo su recorrido; la Asociación Musical ‘Aurelio Mascaraque’ (La Guardia, Toledo) ha acompañado a Nuestro Padre Jesús Nazareno del Puente; y Nuestra Señora de la Soledad del Puente ha desfilado con la Banda Municipal de Música de Cuenca.

Los detalles

Las cosas más bonitas a veces se esconden en los detalles y de eso la Semana Santa de Cuenca ha dado alguna clase magistral. Un volver el paso por un hermano fallecido,un crespón que recuerda para no olvidar, un momento emotivo familiar, una mirada al pasado y al presente con las nuevas incorporaciones, balcones que esconden historias que no se cuentan pero se derraman a las calles… Unas mujeres con mantilla que aparecen en las callejas intentando recuperar una tradición, las cuentas de un rosario que heredaste de alguien especial, volver a salir después de años, despedidas en paralelo, un baile a la altura de la sede para recordar, un caminar en paralelo hasta el final del día…

Como ven durante todo nuestro recorrido el museo ha estado lleno de otros espectadores como ustedes y muchos participantes. Incluso al final cuando el horario estaba llegando a su fin, ha sido muy alta la participación en todo momento. Hemos llegado al fin de la vista, las puertas de la iglesia de la Virgen de la Luz se han cerrado. Tantas palabras se han dicho ya en esta Cuenca nazarena que a veces es mejor dejar espacio al silencio, sobre todo cuando el estruendo está a punto de quebrar las calles de la ciudad. Y hasta aquí nuestra visita. Espero que hayan disfrutado la experiencia tanto como yo contándosela.