La ciudad de Cuenca se prepara en estos días para una de las celebraciones más importantes del año, miles de turistas visitarán y se hospedarán en la ciudad a lo largo de la Semana Santa para disfrutar del trasiego de los diferentes desfiles procesionales sobre el empedrado de la ciudad. Paralelamente, las diferentes corporaciones nazarenas encaran la celebración religiosa en pleno contexto inflacionista cuya principal consecuencia está repercutiendo directamente sobre la economía de las organizaciones nazarenas.
El alza en los precios de las materias primas en las hermandades que configuran la Semana Santa de Cuenca se traduce «como a cualquier ciudadano, la inflación también afecta, como es lógico, a los productos y necesidades que tienen las hermandades», identifica Rodrigo Merchante, tesorero de la Junta de Cofradías, quien añade que los productos donde se observa este «encarecimiento» son en los trabajos de cerería, las flores, incluso la materia que rodea el día a día de una hermandad, como el papel de los boletines o el precio de la electricidad de las diferentes sedes nazarenas repartidas por la ciudad. «El alza de precio se ha visto influenciado en las hermandades, también en las típicas comidas de hermandad a raíz de la situación que también atraviesa la restauración. Al final se trata de cualquier cosa común de cualquier ciudadano de la calle», señala.
El alza de los precios también ha afectado a la organización de la Junta de Cofradías, principalmente, en el tema de las bandas. Fruto de la subida del carburante, «las bandas han subido sus cachés para repercutir este coste en sus presupuestos». El presupuesto que destinará la organización conquense se sitúa este año en los 79.000 euros, frente a los 70.000 euros que se destinó al mismo gasto el año pasado. «Se contrata el mismo número de bandas, pero ha subido el gasto del combustible y manutención, como la elaboración de los bocadillos que se les da a los músicos».
Asumir los gastos relacionados con una salida procesional significa, en términos generales, hablar de importes ciertamente elevados para una corporación. Este año, como fruto de la situación económica que se atraviesa a nivel nacional y europeo, la diferencia económica que deberán asumir las hermandades para desarrollar sus desfiles procesionales será «entre un 5% y 10%» más caro que en los últimos años.
Esquivar esta situación es la tarea que tesoreros de las hermandades conquenses se han marcado como objetivo, sin embargo, «esquivar es complicado porque los costes son los que son». Muchas de las organizaciones nazarenas sobreviven durante el año gracias a la cuota que pagan religiosamente sus hermanos y de las subastas. Una situación que ha empujado a muchas de ellas a «elevar sus cuotas de cinco a seis o diez euros de manera que suban los ingresos para hacer frente al mayor número de gastos posible teniendo en cuenta que más o menos la cantidad de velas o flores son los mismos, pero han subido».
El gasto medio que suelen realizar las hermandades conquenses a lo largo del año oscila «entre los 300 y los 4.000 euros». Un importe que varía según el tamaño de los desfiles procesionales. «Hay hermandades muy grandes, que ponen a miles de nazarenos en la calle».