ASAJA Castilla-La Mancha ha cifrado entre 24 y 26 millones de euros la ayuda que necesitan los ganaderos afectados por la viruela ovina y caprina en la región. “La crisis de la viruela terminará cuando se reponga el ganado y se compense a los ganaderos, tanto a los que han sacrificado animales, como a los que han asumido pérdidas por la inmovilización”, ha señalado este viernes en rueda de prensa su presidente en funciones, José María Fresneda, acompañado de la vicepresidenta de la organización, Blanca Corroto, que ha señalado que “los 4 millones de euros anunciados para las indemnizaciones de sacrificios son muy insuficientes”.
Para el presidente, “el primer objetivo era inmovilizar a la cabaña y aplicar las medidas sanitarias. Pero el segundo, es compensar a los ganaderos porque ellos no han generado la crisis, son víctimas que cumplen la normativa y han tenido un comportamiento ejemplar”.
Según el estudio de costes realizado por la organización agraria, una oveja de raza manchega tiene un valor de 380 euros y la indemnización es de 110 euros, lo que supone una pérdida de 270 euros por cada oveja sacrificada. Lo mismo ocurre con el resto de ovejas de raza Lacaune y los corderos sacrificados. Y, ha añadido Fresneda, “hay que contar las pérdidas de la leche que se ha dejado de producir, los costes salariales, la pérdida de renta por reposición hasta el primer parto, el incremento de gastos en piensos o en limpieza y desinfección, entre otros. En total se necesitan entre 24 y 26 millones de euros para volver a la situación anterior”.
Por ese motivo, “esta mañana nuestro presidente nacional, Pedro Barato, ha remitido nuestra petición al secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, con el fin de solicitar el apoyo económico real que hace falta para compensar las pérdidas en el sector”.
Fresneda, además, ha criticado la gestión de la crisis por parte de la Consejería de Agricultura. Ha puesto el foco en que a pesar de las advertencias de los ganaderos, desde que se detectó el primer foco hasta la inmovilización, pasaron cuatro meses. A ello hay que sumar, han continuado desde la organización agraria, las denuncias de los titulares porque no han recibido ni la información ni las indicaciones necesarias para proceder.
Por último, Fresneda ha pedido que “el drama de los ganaderos no se utilice con fines políticos” y ha demandado “más apoyo para el sector por parte de las Administraciones competentes». “El único objetivo ahora es recuperar la ganadería de Castilla-La Mancha”, ha concluido.