Cuenca sumó un total de 18 días con una calidad del aire desfavorable durante el año pasado. Los meses que registraron mayores niveles de contaminantes fueron junio, con cinco días consecutivos superando el índice de peligrosidad; marzo, con tres jornadas desfavorables y una extremadamente desfavorable —el indicador de mayor riesgo—; y agosto y octubre, ambos meses con tres días superando el umbral.
Así se recoge en los partes mensuales del estado de la calidad del aire que elabora la red de control y vigilancia de la contaminación atmosférica de Castilla-La Mancha, tomando los datos recogidos en la estación situada en la capital conquense. El dispositivo de análisis recoge los niveles de ozono, dióxido de azufre, monóxido de nitrógeno y carbono, dióxido de nitrógeno y partículas PM10. Estas últimas, partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas o polen dispersas en la atmósfera y que pueden provocar efectos nocivos en el sistema respiratorio, son el elemento presente en el aire de Cuenca responsable de los indicadores adversos.
La Consejería de Desarrollo Sostenible establece en los citados informes seis niveles de calidad del aire: buena, razonablemente buena, regular, desfavorable, muy desfavorable y extremadamente desfavorable. A partir de la catalogación de ‘desfavorable’ toda la población puede experimentar efectos negativos sobre la salud, en especial los grupos de riesgo.
Las personas sensibles también deben considerar reducir las actividades prolongadas y enérgicas al aire libre en las jornadas en las que la calidad del aire es ‘regular’. La estación de la capital registró 17 días con esta catalogación. Aparte de estos y los otros 18 desfavorables, el resto del año Cuenca ha vivido con una calidad del aire buena o razonablemente buena.
